
Anticorrupción reclama la imputación del magnate Mijail Fridman como cabeza de una red especializada en quebrar empresas para quedárselas a precio de saldo.
La acusación se basa en lo ocurrido en la tecnológica española Zed, que acabó vendida por tan sólo 20 millones. Depende ahora del juez decidir si Fridman tendrá que sentarse en el banquillo, pero lo que puede ya afirmarse es que su actuación, no sólo en Zed, sino especialmente en Dia, queda bajo sospecha. La cadena vio derrumbarse el precio de su acción desde que el magnate llegó a la empresa en 2017 en su periplo por tomar el control. Los efectos del proceder de Fridman en Dia ya motivó una demanda de los accionistas minoritarios, y aún puede dar lugar a más acciones legales.