
Malos tiempos para los bancos, el mes ha golpeado a los principales bancos europeos en los mercados bursátiles, las entidades españolas no se salvan del castigo bursátil en sus cotizaciones. El BBVA no ha sido el banco peor parado en el parqué, sin embargo sí ha acaparado una avalancha de noticias que le han llevado a la primera página de los medios de comunicación.
La imputación del banco como persona jurídica por parte del juez de la Audiencia Nacional, D. Manuel García-Castellón, en el conocido como "caso Villarejo", supone una noticia preocupante. Buena prueba de la preocupación es que los representantes sindicales, ante el cariz que la situación está tomando, según informa la prensa, ha remitido un escrito a los órganos directos demandando una respuesta y la asunción de acciones para salvaguardar la reputación de la entidad. Los sindicatos son conscientes de que de no atajar rápidamente la crisis reputacional puede deparar daños.
Tienen razón para la inquietud, la dinámica de los hechos les da la razón. Al finalizar la semana, la agencia de calificación internacional Moody´s lanzaba un aviso, aclaraba previamente que no es una amenaza sino un aviso. Moody´s publicaba un informe sobre el banco vasco, en el mismo trasladaba: "pese a que es muy pronto para saber a qué acciones podría estar expuesto el BBVA por el regulador, la imputación supone un daño reputacional para el banco y podría, en última instancia, ser un daño para su solvencia".
Priemro deberían reconocer la gravedad del problema y gestionarlo
Moody´s advertía no amenazaba, sino hubiera comunicado la puesta en revisión de su nota crediticia con implicaciones negativas. BBVA de buena opinión en cuanto a su solvencia por parte de la agencia americana, A2 con perspectiva estable. Su solvencia es superior al Reino de España e iguala a su gran competidor el Banco de Santander.
Cierto es que de momento es una preocupación la situación creada por la imputación del banco con domicilio social en Bilbao. Se ve en sus resultados, presentados esta semana con ganancias acumuladas de 2.442 millones en el primer semestre del año. El comparativo con la situación de un año antes rebaja su beneficio en un 3,7 por ciento, puesto en comparativa con el resto de bancos. Para tener una referencia en el mismo periodo, el Deutsche Bank registra unas pérdidas de 3.012 millones, evidentemente achacables en buena medida la reducción de su plantilla, pero pérdida a la postre que es, además, muy superior a la esperada por los analistas financieros que siguen a la entidad.
El caso está siendo investigando, no le declaremos culpable y dejemos actuar a los órganos judiciales encargados del caso, de momento no están dañadas las cuentas de resultados, insisto. Es más, parece no existir preocupación entre los analistas que siguen al banco. En la reunión de presentación de cuentas trimestrales pesaba más el interés sobre las áreas y países de negocio, como es el caso de la importante presencia de la entidad en México, cuyo peso es prácticamente un 50 por ciento del total.
Los sindicatos son conscientes de que si no se ataja rápido la crisis, puede haber graves daños
Sin embargo, no se puede negar la gravedad de la situación. Así, su consejero delegado, el turco Onur Genç, ya admite que "el banco no está a gusto con la situación actual". Para solventar un problema hay que comenzar por reconocer el mismo. BBVA debería comenzar a gestionar un episodio de crisis en donde hasta el momento y como algunas voces se hacen eco no parece haber reaccionado convenientemente. Valga como ejemplo la opinión de la relevante CNMV, donde por boca de su presidente Sebastián Albella, decía: "comparto la idea de que BBVA está tardando demasiado, francamente. Cuanto antes se despejen incógnitas que pueden afectar a la reputación de una entidad cotizada tan importante como BBVA, mejor". En el mismo sentido parece ir la instrucción del caso, al menos así piensan en el ámbito de la abogacía, donde el que se le haya denegado al banco la posibilidad de personarse como persona perjudicada, al menos de momento.
La principal materia prima del negocio bancario es su reputación, su prestigio, la estima que entre sus clientes tienen de la entidad. En caso de no confiar en la entidad, comenzarán problemas de posibles retiradas de los depósitos de sus clientes, problemas en líneas de financiación con otras entidades de crédito, resintiéndose por tanto su solvencia y pudiendo llegar a generar una espiral diabólica que ponga en una situación muy compleja a cualquier entidad. Recordemos que fue la salida precipitada de clientes, ante el deterioro de su imagen, lo que llevó al Popular a su desaparición.
El banco vasco debe comenzar con gran sigilo y rapidez una estrategia de defensa a ultranza de su reputación, las mencionadas palabras del Sr. Albella son muy preocupantes, no puede seguir sosteniéndose la dilación de las actuaciones por parte del banco. Todo hace indicar que los órganos de dirección así lo han interiorizado y ven ya le necesidad de actuar. Los ceses que comienzan a producirse entre investigados por la Audiencia, los mensajes de colaboración con las autoridades implicadas, las palabras del consejero delegado, esperemos además que la pronta aparición del informe que el propio banco está llevando a cabo limpien y defiendan la honorabilidad de la entidad vasca. Muy importante es que nadie se precipite y haga juicios con sentencias que solo corresponden a los tribunales. Mantengamos la calma como hasta el momento lo hacen los analistas financieros.