Los resultados del semestre dibujan un panorama optimista para Telefónica. Lo evidencia el alza del 2,76 por ciento del beneficio y el crecimiento de la teleco en todas las regiones donde está presente.
Pero también hay buenas noticias en lo que concierne a su principal frente abierto: la deuda. Solo en los primeros seis meses, el pasivo se rebajó un 5,7 por ciento, hasta situarse en 40.230 millones. Encadena así nueve trimestres de reducciones. Se trata de un proceso de saneamiento rápido (existen operaciones de venta ya acordadas que, cuando se concreten, suponen otro recorte de 1.500 millones) y eficaz, dado que la teleco lo conduce sin renunciar a activos tan valiosos como O2. Manda con ello un positivo mensaje al mercado.
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