Opinión

Reformas 'in promptu'

Desde hace tiempo, los sedicentes partidos "constitucionalistas" integrantes del bipartito, plantean, insinúan o sugieren reformas constitucionales cuando se enfrentan a dificultades políticas propias del ejercicio de la Democracia. Acostumbrados durante décadas a la dolce vita del Gobierno en solitario, se sienten tentados a tirar por la calle de en medio y plantean reformas constitucionales a vuela pluma que les permitan seguir con el mismo estatus de entonces.

Fue Rajoy quien primeramente habló de que la lista más votada, pero sin mayoría absoluta, en Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y Gobierno Central, pasase de inmediato a conformar el Ejecutivo correspondiente. Incluso se planteó que para "facilitar" la gobernabilidad la minoría mayoritaria resultante de las elecciones, se beneficiase de la recepción de escaños añadidos hasta completar la mayoría absoluta. Ni que decir tiene que dicha posición ha sido abandonada por el PP cuando podía beneficiar a las otras fuerzas políticas.

El bipartito plantea reformas constitucionales ante dificultades políticas 

Ha sido Pedro Sánchez quien ha vuelto a poner sobre el tapete la cuestión, al anunciar su intención de proponer la reforma del Artículo 99 de la Constitución. Dicha propuesta la ha fundamentado en la necesidad de impedir qué "coaliciones negativas" puedan abocar a la repetición sistemática de elecciones. Parece ser que el candidato se inclina por que sea suficiente que la minoría mayoritaria (el PSOE en este caso) acceda a formar Gobierno con él como Presidente. Tal boutade conduce a tres reflexiones.

El que se modifique el Artículo 99 para que la minoría mayoritaria pueda acceder al Gobierno no sólo es un disparate sino que confronta con los Artículos 113 y 114 que regulan la Moción de Censura. ¿Cómo puede pretenderse que para ser investido baste con una mayoría simple y para ser censurado sea necesaria una coalición formada en torno a un programa y un candidato alternativo?

Los Gobiernos de coalición pone de los nervios a nuestras "constitucionales" fuerzas políticas 

La propuesta de Sánchez coloca sobre el tapete la cuestión de la reforma constitucional y su desarrollo. En lo referente a la reforma total del texto constitucional, el Título II (la Corona) y algunos artículos del Título Preliminar, se establece un procedimiento señalado en el Artículo 168 que hace prácticamente imposible dicha reforma, Es lo que ha venido en denominarse cláusula de intangibilidad implícita. Sin embargo, para reformas parciales, incluidas las que afectan a Derechos Fundamentales, basta con 210 Diputados y 160 Senadores. Es decir, una cifra que alcanzan fácilmente los integrantes del bipartito. Recordemos la reforma del Artículo 135 y sus consecuencias negativas para derechos ciudadanos básicos.  

Suele ser un lugar común en el discurso político oficial la declaración de que nuestras prácticas políticas ya están homologadas con los modos y formas ya establecidos en Europa desde hace tiempo. No es verdad. La posibilidad de Gobiernos de coalición pone de los nervios a nuestras "constitucionales" fuerzas políticas. Y la razón de dicho rechazo no estriba solamente en la impericia o los hábitos adquiridos con las mayorías absolutas. La Transición y el régimen nacido de ella, conservan todavía pactos, repartos de influencias y zonas oscuras de dudosa legalidad y legitimidad. El bipartito los ha sabido administrar y sigue dispuesto a seguir administrándolos. Cualquier advenedizo en el Consejo de Ministros puede estar tentado a romper la omertá.

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