
"Algunos jubilados estadounidenses van a Florida a morir, los que quieren vivir, como yo, vienen a San Miguel de Allende", resume Michael Gerber, uno de los 10.000 jubilados estadounidenses que vive el 'sueño mexicano' en esta ciudad colonial, considerada el mejor lugar para residir en México.
Mientras en su país el presidente Donald Trump critica a México y sus "bad hombres", más de 10.000 jubilados estadounidenses tienen su hogar, permanente o invernal, en esta localidad mexicana fundada en 1542 y que tiene unos 80.000 habitantes en total.
Gerber, de 74 años, originario de Cleveland, decidió instalarse en el extranjero tras retirarse como jefe administrativo de un hospital. Vivió en Turquía, Suiza, Grecia y finalmente en San Miguel, donde lleva 15 años. Y seguirá aquí, afirma, porque no ha encontrado un "sitio mejor" que una ciudad bendecida con un clima templado y clasificada en 2016 como el mejor lugar para vivir en México por la revista Travel & Leisure.
Gerber es secretario corporativo de Feed the Hungry en San Miguel de Allende, una asociación que distribuye alimentos a 3.000 niños. Ésta es sólo una de las decenas de ONGs promovidas por estadounidenses que han contribuido a transformar la ciudad.
"Estoy orgulloso de ser gringo", dice sonriente de camino a casa, donde muestra una gorra roja similar a la de Trump. Pero que tiene la inscripción "Make America Mexico again", en alusión al antiguo territorio mexicano convertido en estadounidense tras la guerra de 1847.

Con la llegada en masa de jubilados estadounidenses en los últimos 20 años vino el apogeo económico y un sector inmobiliario en plena ebullición. En la década de 1980, por la propiedad más cara apenas se pagaban 110.000 dólares, ahora se encuentran casas de hasta 12 millones de dólares, cuenta Salvador Moreno, propietario de la agencia inmobiliaria ABC Reality.
Patrimonio cultural de la Humanidad
La ciudad mexicana de San Miguel de Allende destaca por ser pintoresca y cosmopolita al mismo tiempo, así como por su belleza y sus edificios impecables que datan de los siglos XVII y XVIII.
El 7 de julio de 2008 fue inscrita por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el Patrimonio cultural de la Humanidad. Bajo el título de Villa Protectora de San Miguel el Grande y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco, la distinción se otorgó debido a su aporte cultural y arquitectónico al Barroco mexicano y a su importancia en la lucha de Independencia de México de España.