
Todos los emprendedores, independientemente de su género, deberían tener el mismo acceso a recursos y apoyo, consiguiendo un nivel similar de creación de empresas. Pero en la práctica se observa que son menos las mujeres que se deciden a crear su propia empresa y acaban haciéndolo, y además encuentran más dificultades en la puesta en marcha.
El último informe GEM Global muestra que la tasa de emprendimiento femenino es aproximadamente tres cuartos de la de hombres, y que solo en 9 países de los 59 analizados hay paridad o las tasas femeninas son superiores.
Sin embargo, España encabeza la paridad en el entorno europeo, por sexto año consecutivo, con 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres, una cifra que supera la media de Europa, donde solo se cuentan 6 mujeres por cada 10 hombres emprendedores.
Emprender por necesidad más que por oportunidad
Así, aunque la tasa de emprendimiento en mujeres ha aumentado en los últimos años, lo cierto es que ellas emprenden más por necesidad que por oportunidad en comparación con los hombres, según pone de manifiesto el Informe GEM Spain 2019-2020. Esto significa que, entre las razones que llevan a una emprendedora a poner en marcha su propio negocio, se encuentran muchas veces la falta de empleo o de una mejor alternativa profesional.
El problema con esta tendencia es que el emprendimiento por necesidad suele ser más propenso al fracaso que el motivado por una oportunidad, tal y como destaca el informe. No solo eso: además, tiende a crear trabajos más precarios.
¿Cuál es la razón de este comportamiento? Uno de los factores que explica en parte esta tendencia tiene que ver con la menor participación de chicas en estudios relacionados con materias STEM, tal y como explica el informe. Esta circunstancia también explicaría por qué la presencia de empresarias en sectores intensivos en el uso de la tecnología es más reducida.
Perfil de la emprendedora en España
Tal y como recoge la compañía Salesforce, las emprendedoras españolas presentan el siguiente perfil: la mayoría de ellas tienen entre 25 y 35 años de edad, cuentan con un nivel de estudios universitario (en un porcentaje que, de hecho, supera la media europea) y, en casi la mitad de los casos, son madres. Asimismo, mayoritariamente emprenden en el sector de los servicios.
En cuanto a su mentalidad, aunque las emprendedoras afrontan la adversidad con optimismo, sus expectativas de crecimiento son moderadas y solo un 20 % de ellas esperan generar más de seis puestos de trabajo en los próximos años. Asimismo, las empresarias expresan interés y conocen la importancia clave de la innovación, aunque confirman que la situación del mercado exige ojo certero en las inversiones.
Representación en las startups
Otra de las diferencias llamativas que se observan entre el emprendimiento femenino y el masculino tiene que ver con la brecha de género existente en las startups. Y es que, tan solo el 20 % de las personas que impulsan startups son mujeres, según el Mapa de Emprendimiento 2020 de South Summit. Un porcentaje que lleva varios años prácticamente invariable. Se trata de una realidad que también se puede achacar, en parte, al menor número de mujeres en disciplinas STEM y a la fuerte vinculación del emprendimiento con los estudios técnicos o científicos.
Tan solo el 20 % de las personas que impulsan startups son mujeres
Asimismo, si bien no experimentan ningún crecimiento las startups lideradas por mujeres, sí se han visto incrementadas las empresas que tienen una mujer dentro de su equipo fundador, que ya suponen el 41% de las firmas consultadas.