
La estadística fue advertida a los pocos meses del estallido mundial de la pandemia: la mortalidad por el virus SARS-CoV-2 entre los hombres es mayor que entre las mujeres. Los números, además, se repiten en todos los países. Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Yale (EEUU) publicado este viernes en la revista Science explica cómo las hormonas de las mujeres y su propia genética las protegen frente a la cara más severa del covid-19.
Los investigadores del departamento de Inmunobiología y Medicina de Yale, Takehiro Takahashi y Akiko Iwasaki, respectivamente, han apuntado en su estudio los motivos que explican que el género sea un factor de riesgo para padecer una mayor infección de coronavirus.
Con los datos similares y obtenidos de los países del mundo con registros de estos valores, el riesgo de morir por covid de los hombres es 1,7 veces superior al de las mujeres. Teniendo en cuenta que la edad es otro factor clave para la mortalidad por esta enfermedad, los investigadores establecen que la brecha de género se produce a partir de los 30 años. Los hombres mayores son, por tanto, el grupo más vulnerable frente al virus originado en Wuhan.
La genética de las mujeres favorece su respuesta inmune
El estudio señala que la clave de la brecha reside en la respuesta inmune, que es diferente por motivos genéticos en las mujeres y en los hombres. En ellos, la reacción contra un patógeno es menor y existe una mayor susceptibilidad a provocar una inflamación. Esto sucede en estudios realizados con animales, pero también en humanos, como se puede observar en el caso de los virus de la hepatitis B y el VIH en el sexo masculino, que se manifiesta con mayor riesgo y peligrosidad.
Los investigadores explican en su artículo que el cromosoma X, que se expresa de manera doble en las mujeres, es responsable de la codificación de genes que juegan un papel en la actividad inmunológica. Este doble cromosoma puede respaldar una mejor respuesta inmune en las mujeres.
Además, han observado que, a partir de los 62-64 años, en los varones se produce una caída drástica en su 'plantilla' de células inmunes, algo que también les ocurre a ellas, pero cinco o seis años más tarde.
Por otra parte, los doctores Takahashi e Iwasaki subrayan las características que aportan los estrógenos, la hormona femenina, en su lucha contra los patógenos. Esta hormona está articulada con atributos de protección, que favorecen el funcionamiento del sistema inmune. El estudio expone que el estrógeno es un regulador clave en la expresión de los genes relacionados con la inmunidad y en las funciones de las células inmunes.