Una nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 se originó en los brotes de temporeros en Aragón y Cataluña de finales de junio. Desde allí, pasó a la población local, viajó a Valencia y, finalmente, comenzó su propagación por Europa. Es la conclusión que ha presentado un estudio preliminar en el que participan investigadores de la Universidad de Valencia y de la de Basilea. | EN DIRECTO: todos los detalles de la evolución de la pandemia
La cepa denominada 20A.EU1 es relativamente nueva. Fue detectada por primera vez el 20 de junio en España, en siete secuencias. Aparecerá por primera vez casi un mes después en Reino Unido, el 18 de julio, y unos días más tarde, en Suiza e Irlanda. A finales de este mes, también en Bélgica y Noruega. Desde el 22 de agosto, la variante del SARS-CoV-2 ya está en Francia, Escocia, Alemania, Suecia e Italia.
Los investigadores del estudio "Emergence and spread of a SARS-CoV-2 variant through Europe in the summer of 2020", mediante un trabajo de rastreo y secuenciación genética, certifican la llamativa propagación de la variante detectada del coronavirus. Con diferentes evidencias sobre su origen en Aragón y Cataluña, en lo que denominan "eventos supercontagiadores" en relación a los brotes de temporeros, los científicos determinan que esta cepa, junto a otra, es responsable de la mayoría de las secuencias detectadas en las últimas semanas en diferentes países europeos.
"La variante comenzó a propagarse originariamente entre los trabajadores del campo en Cataluña y Aragón, luego se desplazó a la población local, de allí viajó a la región de Valencia y, desde ahí, al resto de países europeos", expone la investigación.
En un mes, la prevalencia en España de esta cepa alcanzó el 60% de las muestras de coronavirus. En Escocia creció hasta un 80% y, en Alemania y Reino Unido, el peso de la cepa 20A.EU1 ya copaba el 50% de los casos. Esta variante del patógeno respiratorio se contagió a gran velocidad, según el estudio, llegando a detectarse incrementos entre el 30 y 40% en su prevalencia a la semana en España, Suiza y Reino Unido.
Los investigadores de la Universidad de Basilea y de Valencia consideran un factor clave en la expansión de esta cepa tanto los viajes a España como los realizados por viajeros españoles a destinos europeos durante este verano. La cepa ha llegado a exportarse fuera del continente: a finales del estío fue detectada en Hong-Kong y Nueva Zelanda.
El texto admite que se desconoce si las características de esta nueva cepa están detrás de la mayor prevalencia o la más rápida propagación del virus, y alude a la necesidad de más estudios para llegar a conclusiones.
En sus conclusiones, apunta a que las medidas y restricciones en los viajes en Europa este verano fueron insuficientes para frenar los contagios, e instan a implementar fórmulas más efectivas para reducir el riesgo de la introducción y extensión de nuevas variantes de SARS-CoV-2. "Los países deberán considerar con mayor precaución el enfoque acerca de los viajeros procedentes de áreas con mayor incidencia del virus", recomiendan.