
Tras cumplir 45 años en el mercado con esa imagen icónica y su sistema de tracción casi inmejorable, ahora el todoterreno de la marca de la estrella cumple otro hito: superar la barrera de las 600.000 unidades vendidas. Un coche imparable, ahora también a la venta en versión solo eléctrica.
El Mercedes Clase G, el icónico todoterreno de la marca de la estrella, se lanzó al mercado en el año 1979, por lo que ya ha superado la barrera de los 45 años y ahora acaba de alcanzar otro hito en su carrera llena de éxitos: superar las 600.000 unidades vendidas de un coche que es una verdadera leyenda del todoterreno. Y sin duda su clave son los tres bloqueos de diferencial.
El mundo del vehículo todoterreno de verdad se ha visto muy afectado por las limitaciones de emisiones impuestas en todo el mundo, pero sobre todo en Europa. Eso ha hecho que ahora las ventas de estos vehículos más pesados estén bastante limitadas. Por ello, solo unos pocos modelos mantienen esa característica de vehículo todoterreno de verdad, con sus marchas reductoras. Básicamente son el Jeep Wrangler y el Toyota Land Cruiser, además de los modelos de la marca británica Land Rover.
La referencia del todoterreno
Pero sin duda el vehículo de referencia entre los modelos todoterreno es el Mercedes Clase G, básicamente por su sistema de tracción, con sus tres bloqueos de diferencial. Para los que sean menos expertos les voy a tratar de explicar un poco porqué este sistema hace al Mercedes el mejor todoterreno del mercado.

Desde principios del siglo XX, los coches llevan en su eje de tracción un sistema, el diferencial, que permite que una rueda gire más que la otra, por ejemplo en una curva. De lo contrario al tomar esas curvas se desgastarían en exceso las ruedas y se podrían producir graves averías en los ejes. Además, sería imposible rodar rápido.
Pero el diferencial tiene un problema: al permitir que una rueda gire más que la otra, si por ejemplo se levanta una rueda del suelo toda la tracción iría a esa rueda levantada y el coche se quedaría parado. Y en competición, la rueda que más derrapa, o que menos adherencia tiene, sería la que se llevaría el máximo de par motor, lo que supone un problema. Para evitar eso, se creó el diferencial autoblocante, que permite que una parte de ese par vaya a la rueda con buena adherencia. Es un sistema automático.
Tres diferenciales bloqueables
El sistema definitivo es el diferencial bloqueable. Significa que en cualquier momento el conductor puede eliminar el efecto diferencial, y que en el eje de tracción el 50% del par disponible vaya a cada rueda. Un sistema perfecto para hacer todoterreno de verdad, para poder llegar a una zona de muy difícil acceso. Es un sistema muy bueno, eficaz, pero también caro y sofisticado.

Pues bien, si el bloqueo de diferencial es la solución mejor para la conducción off-road, lo del Mercedes Clase G es el paso siguiente: tiene tres diferenciales bloqueables. Este Mercedes tiene, como los buenos todoterreno, tres diferenciales. El primero es el central con el que se reparte, si todo va bien, el 50% del par disponible sobre cada uno de los ejes. Y a su vez, ambos ejes tienen su diferencial correspondiente, con lo que con buena adherencia el conductor cuenta con un 25% del par sobre cada rueda. Pero gracias a la presencia de los tres bloqueos del diferencial, el conductor puede asegurar tener exactamente el 25% del par sobre cada una de las ruedas, incluso en terreno muy deslizante.
Imaginemos, para ponernos en el caso más extremo, que nuestro vehículo tiene tres ruedas en el aire y solo una posada en el suelo. Pues bien, mediante los tres bloqueos, el conductor tendrá el 25% del par disponible para superar esa situación. O más realista, tres ruedas metidas en una placa de hielo, o en un barro muy denso y podría salir de la situación solo con la rueda "buena". Lo mejor es que solo tendrá que apretar tres botones situados en la consola central.

El Mercedes Clase G es un modelo que se ha mantenido fiel a sí mismo desde que se lanzara al mercado por primera vez en 1979. Se trata de un todoterreno con contrastadas opciones para salir del asfalto, un vehículo que ha evolucionado continuamente y que sigue manteniéndose en lo más alto de su segmento. Mantiene su tracción 4x4 permanente y sus bloqueos de diferencial que le posicionan un escalón por encima de cualquiera de sus rivales en la práctica del todoterreno de verdad. Solo algunas versiones, como el Jeep Wrangeer Rubicon, lo tienen.
Historia de una leyenda
La historia del Clase G comenzó en el verano de 1969, cuando Daimler-Benz AG y Austria Steyr-Saimler-Puch AG intuyeron los buenos resultados que daría una cooperación en el desarrollo de un vehículo de campo. Ambos fabricantes ofrecían ya vehículos con excelentes capacidades todoterreno: el Mercedes Unimog y los PuchPinzgauer. La idea de fabricar un modelo todoterreno de manera conjunta tomó forma y en 1971 se comenzó a vislumbrar el que sería un automóvil legendario, el Clase G.
El diseño final con su icónico perfil exterior tan cuadrado fue definido por Mercedes-Benz Design, con Bruno Sacco a la cabeza. Los estilistas combinaron magistralmente las grandes y pulidas superficies de la carrocería del vehículo con unas características técnicas muy definidas, como los amplios ángulos de ataque y salida, así como una altura libre del vehículo sobre el suelo bastante alta.

Su evolución ha sido muy interesante. Comenzó como un todoterreno con un interior sencillo pero en el que se había prestado mucha atención al sistema de propulsión. La tracción total, que era de serie, contaba con un diferencial entre ejes bloqueable al cien por cien y diferenciales bloqueables opcionales en los ejes delantero y trasero. Una tecnología que ha sido equipamiento de serie en todos los Clase G. El diseño del chasis y los ejes rígidos con amortiguadores de muelles estaban orientados hacia la versatilidad y robustez fuera de la carretera.
Versiones blindadas
En el momento de su primer lanzamiento se ofrecían las versiones 240 GD y 300 GD con motor diésel y las 230 G y 280 GE en gasolina. Estaban disponibles con dos batallas distintas (2.400 y 2.850 milímetros), así como con carrocerías abierta, StationWagon cerrado o furgón panelado con los laterales cerrados. Era un coche pensado sobre todo para el ejército y para su uso en los trabajos más duros.
La gama actual del Clase G es la de un coche más centrado en el mundo del lujo y en el del transporte seguro de grandes empresarios y famosos en zonas conflictivas. De hecho, buena parte de sus ventas se centran en las variantes AMG con motores de más de 500 caballos de potencia y también en versiones blindadas para garantizar una seguridad adicional en caso de ataques violentos.