
En los años 60 y 70 los denostados "domingueros" podían verse en cualquier espacio cerca de una carretera, casi siempre con su Seat 600 al lado, disfrutando de una comida campera.
En aquellos años tener coche ya suponía un esfuerzo económico para muchos españoles, algo que hacía casi imposible disfrutar de una escapada y, además, de comer en un restaurante. Así surgieron los despectivamente llamados "domingueros" que disfrutaban de esos cortos viajes fuera de las ciudades y que llevaban su propia comida para hacer un picnic en una zona de campo. La palabra picnic viene del francés, de la expresión "pique-nique", que se empezó a utilizar en el siglo XVII para denominar las comidas informales, en interiores o exteriores, en las que cada uno de los asistentes aportaba algo.

Con los años, la mala imagen de esta práctica y muchas restricciones para el acceso con los automóviles a ciertas zonas fuera del asfalto, esta costumbre prácticamente desapareció… hasta hace poco tiempo. El picnic parece haber vuelto convertido en algo glamoroso y sofisticado, de la mano de las grandes marcas de lujo, que han hecho de estas comidas informales en el campo una nueva y sofisticada forma de disfrutar de sus coches.
El picnic ahora es un lujo
Aunque la palabra y la costumbre tienen origen francés, lo cierto es que los británicos son los auténticos maestros del picnic más sofisticado y sus marcas de lujo, Rolls-Royce y Bentley, son las que más partido sacan de esta costumbre de comer al aire libre. Las dos marcas ofrecen espectaculares, elegantes y carísimos sets de picnic que se adaptan al maletero de sus coches. Incluso Rolls-Royce ofrece en el Cullinan unos asientos plegables y una mesita que salen del piso del maletero, para no tener que sentarse en el suelo.

Cristalería, vajilla, cubertería, mantelería, enfriadores para champán, exquisitos juegos de café y té componen estos carísimos juegos de picnic a los que también se unieron otras marcas como Mercedes-Benz y DS Automobiles. El Champagne Chest de Rolls-Royce cuesta la friolera de 42.000 euros, mientras que el set de camping de DS tiene un precio de 5.000 euros.

Pero aunque ahora se haya convertido en algo sofisticado y elegante, no se puede hacer picnic en cualquier parte. Tienes que saber que en la mayoría de las comunidades autónomas está prohibido salir con el coche del asfalto y adentrarse por caminos a menos que se trate de zonas autorizadas. Es importante conocer las normas locales de cada lugar porque en muchos sitios no se puede comer, hay que tener mucho cuidado con los residuos que podemos arrojar y, por supuesto, recoger cualquier resto orgánico o de basura. Son muchos los municipios rurales que cuentan con espacios dedicados a este tipo de actividades.