
ZF ofrece a los fabricantes un nuevo componente para sus suspensiones, capaz de sentir el estado del firme, las cargas… incluso anticipar fallos antes de que ocurran (y ya lo emplea el modelo más exclusivo de Cadillac).
Mucho antes de que se creara Grupo Antolín , José Antolín bromeaba con que él fabricaba chupa-chups. Pero los suyos eran de acero, envueltos en un elemento de goma; una esfera con un perno rodeada de una junta elástica, que filtraba las sacudidas de la carretera, para que no llegaran al volante, ni se transmitieran a la carrocería y al habitáculo. Hoy se habría sonreído satisfecho al conocer que ZF, el grupo alemán con el que se asoció Antolín S.A. (ANSA) hasta que finalmente fue absorbida, acaba de dotar a las rótulas de "inteligencia".

El coche que "siente" está más cerca de lo que crees, gracias a que ZF ha presentado su Smart Chassis Sensor (Sensor de Chasis Inteligente). Transforma algo tan discreto como una rótula de suspensión, una pieza hasta ahora pura y únicamente mecánica, en un componente sensorial, clave en la estrategia de ZF para lo que denomina Chassis 2.0.
Como sensor, integra un acelerómetro de tres direcciones, capaz de leer con precisión vibraciones y cargas dinámicas, interpretando lo que ocurre en el asfalto y en el vehículo. Detecta la altura, con lo que infiere el grado de carga del maletero y su distribución. ZF pretende que toda esta información se traduzca en funciones antes impensables: monitorización en tiempo real del chasis (naturalmente, para poder desencadenar acciones mediante amortiguaciones variables, suspensiones activas, etc), detección de cargas anómalas (para optimizar el funcionamiento de ABS y ESP, por ejemplo) e incluso la posibilidad de cancelar ruido de rodadura en tiempo real a través del sistema de audio del coche.

Monitorización de la salud del chasis
Según ZF, no es solo una mejora técnica, es un paso hacia una nueva clase de vehículo: el que se cuida solo. ZF lo llama enfoque Chassis Health: una vigilancia continua del estado del bastidor, como si fuera un monitor de fitness. Con los datos de los sensores, unos algoritmos calculan al instante si hay riesgos de fallo o desgaste, enviando la información a la nube del vehículo. Allí, con ayuda de inteligencia artificial, se analizan los datos para detectar cargas anormales o posibles problemas de seguridad.
"Salud del Coche" podrá detectar desequilibrados de rueda, tornillos sueltos, presiones anómalas, y un largo etcétera
Por ejemplo, el sistema puede advertir en el cuadro de instrumentos si detecta un tornillo de rueda mal apretado, al captar vibraciones anómalas con esa "firma" claramente reconocible, evitando riesgos graves.
Sensores para coches con más inteligencia
Esta tecnología ayuda a evitar averías imprevistas, a reducir las visitas al taller y también sirve para que los fabricantes desarrollen mejor sus futuros modelos. Durante la conducción, puede detectar si se ha sobrecargado demasiado el vehículo, ayudando a cumplir con la legislación, o requerir que se aumente la presión de los neumáticos al aumentar la carga transportada. En los eléctricos ayudará a afinar la autonomía estimada en función del peso real del vehículo.
Como hemos adelantado, el sensor lógicamente es compatible y se integra con otros sistemas de ZF, como las suspensiones activas CDC y sMOTION o el sistema de control de balanceo electromecánico. En los vehículos con dirección "steer-by-wire" —sin conexión mecánica entre volante y ruedas—, como el chino NIO ET9 al que suministra ZF, este nivel de precisión permite una retroalimentación más realista, que traduce fielmente el contacto con la carretera para que el conductor la sienta mejor y reconozca el agarre real en cada instante.

Los sistemas más avanzados, como este NIO ET9 con volante sin conexión directa a la dirección se benefician especialmente del nuevo sensor en las propias articulaciones de la suspensión
¿Y cómo lo han conseguido? Integrando todo el sistema de medición con su electrónica dentro de la propia rótula. Así, este sensor de ZF no añade apenas peso, ni requiere una instalación extra. Y como reduce la cantidad total de sensores necesarios, también ayudará a abaratar costes para los fabricantes, y sin alterar el proceso productivo.

Se conoce que ya está en producción para el Cadillac Celestiq (un modelo por encima de los 300000 euros), pero a todos los que ya están en el camino del "coche definidos por software" seguro que el concepto les resulta extremadamente interesante para ofrecer funciones nunca vistas antes haciendo del chasis un nodo inteligente en su red de subsistemas conectados.