
El calor extremo y los viajes largos disparan las averías mecánicas más comunes en España durante el verano. Estos son cinco fallos que pueden vaciar tu cartera si los ignoras en plena operación salida.
Cada verano, millones de conductores españoles se lanzan a la carretera con destino a la playa, la montaña o el pueblo. Pero muchos lo hacen sin haber revisado el estado real de su vehículo, justo cuando las temperaturas extremas ponen la mecánica al límite. El resultado son averías, sustos y facturas que pueden superar los 3.500 euros si no se actúa a tiempo.
La empresa de diagnóstico automotriz Carly ha identificado las cinco averías más frecuentes del verano, todas ellas con un denominador común: el calor y la falta de mantenimiento, con consecuencias que pueden ser tanto económicas como de seguridad. Según Carly, los precios apuntados varían dependiendo del tipo de recambio (original o alternativo) y del taller (oficial o independiente).
1. Fallo de batería: de 100 a 300 euros
Parece una avería de invierno, pero el calor acelera el deterioro de la batería al provocar evaporación del electrolito y sobrecargas. Una batería muerta puede dejarte tirado en mitad de la operación salida.
2. Sistema de refrigeración: de 70 a 800 euros
El sobrecalentamiento del motor es una de las causas más habituales de avería en esta época. Un nivel bajo de refrigerante, fallos en el radiador o en la bomba de agua pueden generar desde una pérdida de potencia hasta una rotura grave del motor.
3. Aire acondicionado: de 80 a 1.200 euros
Fugas, compresores dañados o condensadores que no aguantan la ola de calor. El sistema de A/A sufre más de lo que parece y su reparación no es barata si se han dañado piezas internas.
4. Transmisión y aceite del motor: hasta 3.500 euros
Las altas temperaturas reducen la viscosidad del aceite, merman la lubricación y pueden provocar daños graves en el motor o la caja de cambios. Es una de las averías más caras y que más se agravan por descuido.
5. Neumáticos: de 100 a 800 euros por incidente
El calor puede causar un aumento de presión y agravar el desgaste, provocando reventones. Un neumático en mal estado no solo es peligroso, sino que puede arruinarte el viaje con una factura de cientos de euros.