
Para cualquier motero el momento de dejar su moto aparcada en la calle, sin protección de ningún tipo puede ser especialmente complicado.
Si no vamos a utilizar todos los días la moto, una funda puede ser el mejor regalo que le puedes dar a ella y a ti mismo. Puede protegerla de la radiación solar, de la meteorología y de los excrementos de los pájaros, aunque ponerla, quitarla y guardarla puede ser un engorro. Para los que tenéis un espacio propio, aunque sea al descubierto, existe una magnífica solución que puede convertir esa "plaza" de moto en una especie de garaje plegable que protegerá todavía más nuestra querida motocicleta.

Un auténtico garaje plegable
Se trata de la solución perfecta si tienes un trozo de jardín o una zona al aire libre que no pertenezca a la vía pública porque tiene una fijación al suelo, razón por la que es tan especial. Este "garaje" plegable para motos debe fijarse en una superficie plana, como una tienda de campaña, para asegurar su estabilidad. Su estructura es un marco de tubo de acero que le da firmeza y asegura la protección ante cualquier incidencia climatológica, incluso granizo que no sea excesivamente grande, ya que la propia funda plegable será la que reciba los impactos, no la moto.
Está confeccionada con un material de alta resistencia Todas las costuras son impermeables, tiene ventilación para asegurar la circulación de aire entre el interior y el exterior y de esta forma evitar la formación de condensación que puede dañar nuestra moto. Este tipo de fundas-garaje se comercializan en diferentes tamaños y las hay con capacidad para cubrir motos de gran tamaño, incluso equipadas con portaequipajes, parabrisas o bolsas laterales especialmente voluminosas. Es la solución perfecta si la moto va a estar inactiva durante largo tiempo, pero también es totalmente funcional para el uso diario por su sencillez de uso.

Mientras que una funda tradicional puede tener un precio desde unos 20 euros, el precio de estas fundas rígidas plegables son muy superiores. Si se dispone del espacio necesario para fijarla al suelo es la opción más recomendable por su protección y durabilidad, ya que están hechas con materiales más resistentes. En el mercado existen modelos desde unos 250 euros, pero en función de su calidad y tamaño pueden llegar a los 400 euros.