
La enorme variedad de automóviles que ahora ofrece el mercado exige que también los permisos de conducción se diversifiquen, para adaptarse a los diferentes tipos de coches que existen.
En la actualidad en España el permiso B, el que tenemos casi todos los conductores, nos da acceso a conducir coches con una potencia de solo 45 CV como el práctico Dacia Spring, hasta un superdeportivo como el Lamborghini Revuelto, con más de 1.000 CV. No es de extrañar que cada poco tiempo aparezcan noticias de accidentes, más o menos graves, algunas veces absurdos en plena ciudad, protagonizados por estos superdeportivos, a menudo conducidos por personajes famosos.

Un permiso especial para superdeportivos
En Australia el pasado 1 de diciembre entró en vigor una nueva normativa que obliga a los conductores de los denominados vehículos UHPV (vehículos de ultra alta potencia), a contar con el nuevo permiso de conducción U. La legislación australiana considera UHPV a "cualquier vehículo, que no sea un autobús, una motocicleta o un triciclo a motor, que tenga una masa bruta de hasta 4,5 toneladas y una relación potencia-peso de 276 kilovatios por tonelada o más". Es decir, cualquier coche con una potencia de más de 375 CV por cada tonelada de masa total se considera un superdeportivo o vehículo de ultra alta potencia y para poder conducirlo hay que estar en posición de la nueva licencia U.
Para obtener el carné de conducir U australiano hay que realizar un curso especial en el que, según la legislación del país aprenderás "cómo conducir un UHPV de forma segura, los riesgos asociados a la conducción de un UHPV y las características del vehículo. Esto incluye el Control Electrónico de Estabilidad, el Frenado Automático de Emergencia y otros sistemas de intervención automática", es decir todas las ayudas a la conducción..

Multas por desconectar los ADAS
Muchos de los accidentes con este tipo de coches de altísima potencia se producen porque sus conductores desactivan los sistemas electrónicos de asistencia a la conducción, los ADAS. La nueva normativa australiana también contempla fuertes sanciones para este supuesto y conducir un UHPV con un sistema de intervención automática desactivado es una infracción. Un sistema de intervención automática es cualquier sistema que identifica una condición peligrosa y responde anulando el control del conductor del vehículo, lo que incluye ABS, frenado de emergencia automatizado, control electrónico de estabilidad, control de tracción.
Un tribunal puede imponer una multa máxima de hasta 5.000 dólares australianos, unos 2.800 euros, y la retirada de seis puntos del carné de conducir por haber desconectado los ADAS. Si, además, el vehículo está involucrado en un accidente por haber desconectado los ADAS, las penas pueden ser de cárcel.