
Si de pequeño tenías una colección de coches en miniatura y ahora tienes mucho, mucho dinero, no lo dudes, llama a la puerta de los genios para que hagan para ti ese coche que siempre soñaste.
El súper-coche se llama Peralta S y no puedes dudar del apellido de la persona que lo encargó, de nombre Carlos, junto a sus hijos Juan Carlos y Nicolas. Coleccionan coches, pero este es un coche único, solicitado a una firma de diseño mítica, GFG. De su lápiz salieron conceptos y prototipos que hicieron soñar a niños jóvenes y adultos durante los años 70.

Si crees que no conoces GFG, estás equivocado. Desde el Volkswagen Golf, el Fiat Panda o el Seat Ibiza, muchos de los coches más icónicos de las últimas décadas han salido del lápiz de Giorgetto Giugiaro. Hoy, ese legado continúa con su hijo Fabrizio, bajo el nombre de GFG Style. Su cartera de proyectos es impresionante. Conjuntamente han desarrollado más de 200 prototipos y de 300 modelos que han pasado a producción. Su última creación, el Peralta S es un golpe de efecto que viaja al pasado para traer el futuro.

Presentado en el exclusivo evento Pastejé Automotive Invitational, que se celebra desde 2020 en México, este one-off artesanal que es el Peralta S rinde homenaje a una de las obras maestras de Giorgetto: el Maserati Boomerang que diseñó en 1971 y presentó en el Salón de Ginebra del 72. O eso dicen en GFG, porque la realidad es que el Peralta S es, más bien, la materialización de un sueño de un mecenas de artistas del automóvil.

De aquella época recoge esa estética de líneas tensas, silueta en cuña y actitud rupturista, pero la lleva un paso más allá con una carrocería hecha completamente de aluminio pulido a espejo, donde no se distingue cristal de chapa. Es, literalmente, un lingote rodante.

No hay puertas tradicionales. El acceso al habitáculo se realiza mediante la apertura de una cúpula completa, un gesto dramático que recuerda más a una nave espacial que a un coche. Si tuviste coches de colección dirás que esto no era de Giugiaro, que se lo habías visto a Pininfarina, en su legendario 512 S Berlinetta Speciale: ya se sabe, en los sueños todo vale.
El Ferrari 512 Berlinetta Speciale de Pininfarina ya planteaba en los 70 una apertura de puertas un tanto "Speciale", como el GFG Peralta
Por otro lado, no se han olvidado de unas ventanillas practicables, porque la veteranía de estos italianos sabe que los telepeajes no siempre funcionan y se necesita un hueco para sacar la mano. Como es tan bajito, la parte superior del techo de cristal articula hacia arriba y así permitiría acceder al ticket que escupe la máquina del aparcamiento del club de yates.

En el Peralta S solo el spoiler trasero, el difusor y los faldones rompen la pureza metálica, al estar fabricados en fibra de carbono expuesta. Y cuando se enciende, el coche "despierta": se levantan los apéndices aerodinámicos y se abren las entradas de ventilación. Por debajo de la superficie vidriada, la parte media de las puertas también es de espejo, pero transparente, como en el Boomerang. ¿Y los faros y los pilotos? Aquí, el aprovechamiento del diminuto tamaño de los leds se han llevado a la máxima expresión, inadvertidos cuando están apagados.

Bajo esa escultura futurista se esconde la base técnica de un Maserati MC20, y han colaborado para su ejecución con MAT (Manifattura Automobili Torino). El chasis y la mecánica se mantienen intactos, lo que garantiza prestaciones de superdeportivo, aunque envueltas en una piel radicalmente distinta. El interior, por su parte, mezcla cuero con efecto cromado y detalles funcionales que reinterpretan los años 70 con mirada contemporánea. El volante recibe botones dignos de la nueva generación PlayStation.

Fabrizio Giugiaro lo define como un homenaje a su padre, pero también como una declaración de intenciones: "No tiene nada que ver con los coches de hoy. Es un tributo a una época que marcó la historia, reinterpretado con los ojos del presente". Si el Boomerang fue una visión adelantada a su tiempo, el Peralta S es un boomerang lanzado desde el pasado que vuelve con más fuerza que nunca. Esta es la manera de tratar un diseño angular con estilo: ¿qué habría sido del Tesla Cybertruck si hubiera pasado por las manos de esta familia de genios?

Un lingote, sí, pero con clase... muy "cyber", aunque no sea un "truck"
No insistas, te falta saber lo de siempre, lo mundano, lo que el señor Peralta no debió preguntar hasta firmar el cheque. No se ha comunicado. Piensa que por un supercoche producido en series cortas cobran por encima del millón, mientras que el Maserati MC20 de partida cuesta "solo" algo más de 300.000 euros. El Boomerang de los 70 se subastó en 2015 por 3,3 millones. Quizá haber cumplido este sueño, y aparcar en su finca algo único, para los anales del automovilismo, incluso haya resultado barato. Y si hay un Peralta "S", lo mismo podemos esperar otras variantes para otros miembros de la familia.
