
Si querías entender qué significaba el coche digital o el valor del dato en el automóvil, aquí tienes un ejemplo que podría—por ahora es en condicional—subirte el precio del seguro… pero también ayudarte a conducir mejor.
Según un comunicado de prensa emitido por Geotab, los frenazos bruscos han aumentado un 19% durante el mes de marzo a causa de las lluvias. Indudablemente, la climatología adversa nos pone difícil estimar cuál es la distancia de seguridad adecuada. En seco, rara vez aprovechamos toda la capacidad de frenado del coche y se tiene la mala costumbre de ir muy cerca del coche de delante. En mojado, esta capacidad de frenado se reduce mucho, al fallar la adherencia. A ello se suma que la conducción se torna más brusca y se lo pone más difícil a los neumáticos, al contrario de lo que debería hacerse, por anticipar peor las situaciones que con climatología y visibilidad buenas.
Información a la nube en tiempo real
¿Y cómo lo sabe Geotab? Porque Cada vez más coches ya vienen preparados de serie para captar y transmitir información en tiempo real. Para muchas marcas, Geotab se encarga de mover esos datos y devolvérselos al fabricante, para que éste cree pueda crear servicios potencialmente útiles a los usuarios. Por ahora, los más interesados son las empresas, porque estos datos -bien utilizados y con software adecuado- aportan una radiografía completa del funcionamiento del vehículo y del comportamiento del conductor, lo que podría permitir optimizar costes, mejorar la seguridad y reducir riesgos.
El incremento de los frenazos, refleja las dificultades de conducir en condiciones adversas. El tiempo lluvioso condiciona la visibilidad, tanto por las gotas, como por la luminosidad más reducida y la tendencia al empañamiento de los cristales. Adaptarse peor a las condiciones por falta de información de lo que hacen los vehículos de alrededor genera una conducción más brusca. Según Geotab, en este mes, dichas maniobras bruscas también han aumentado un 14%. Frenazos y giros intempestivos, con piso mojado -cuando no encharcado-, aumentan consideramente el riesgo de pérdida de control por superar el límite de adherencia.
Riesgo es, precisamente, lo que vigilan cuidadosamente las compañías de seguros. Los datos recogidos en un futuro podría afectar directamente a las pólizas de seguro. Con el auge del "pago por uso" y los seguros personalizados, este tipo de registros podrían subir o bajar la prima de cada conductor según su historial de conducción en tiempo real.
Informar y formar con datos
El lado positivo es que las empresas que gestionan flotas podrían utilizar estos datos para formar a los conductores en una conducción más eficiente y segura, reduciendo así accidentes y costes operativos. Los fabricantes también podrían ofrecer información en tiempo real a los conductores a modo de copiloto virtual. De hecho, el comunicado anuncia el lanzamiento de una herramienta -"Análisis de riesgos en la conducción"- basada en inteligencia artificial y los patrones de conducción para que las flotas puedan tener evaluaciones de riesgos de sus conductores.
Para el conductor normal, a falta de dichos datos, el consejo de conducción en mal tiempo siempre es el mismo: si el agarre será la mitad que en seco, sobre mojado qué menos duplicar la separación que llevarías con el coche de delante. Y eso, sin contar con el spray que proyectarán sus neumáticos poniendo más difícil saber qué está ocurriendo dos o tres vehículos más allá.