Evita el aquaplaning: el truco de los expertos en mecánica para que los neumáticos del coche agarren mejor cuando llueve

Ya son varias las semanas en las que España ha sufrido fuertes lluvias debido a las numerosas borrascas que han atravesado la península. Bajo estas situaciones climatológicas, el tráfico y el riesgo por accidente aumenta considerablemente en las carreteras.

Cuando nos subimos al volante en situaciones de lluvia, es aún más importante considerar que el único contacto existente entre un coche y el asfalto son los centímetros cuadrados de la goma de los neumáticos. Por lo tanto, de ellos depende tanto el empuje como la tracción, el frenado y la dirección del vehículo.

En los casos que estos centímetros de goma fallan, se produce una pérdida de control del coche que, por norma general, acaba con un accidente o una salida de carretera.

El truco de los mecánicos

La calidad y la marca de los neumáticos influye en su rendimiento, sin embargo, la presión de los mismos es algo fundamental que se debe tener en cuenta en todo momento, pero más aún si cabe en circunstancias meteorológicas adversas.

La concienciación por parte de los conductores sobre la importancia de los neumáticos ha aumentado considerablemente tras las semanas de lluvias en España.

Bajo situaciones de lluvia abundante, los mecánicos recomiendan subir ligeramente la presión de los neumáticos para evitar, de este modo, el temido aquaplaning.

Inflar los neumáticos tan sólo 0,5 bares de más permite que la zona de contacto con el agua sea menor, ya que únicamente tocará la parte central de la rueda con el asfalto. Gracias a ello, evitaremos que nuestro coche parezca estar flotando debido al aquaplaning.

Del mismo modo, en situaciones en las que va a comenzar a llover o llueve poco, lo más aconsejable es bajar la presión ligeramente para aumentar la superficie de contacto con el asfalto.

En cualquier caso y de forma genérica, lo recomendable es siempre mantener la presión establecida por el fabricante, la cual podrás encontrar tanto en el libro de instrucciones del vehículo como en la tapa del depósito de combustible o el marco de la puerta.