
Ford ha salido al rescate de su filial alemana. La multinacional norteamericana ha inyectado 4.400 millones de euros con el fin de apoyar la transformación de su plan europeo e incrementar la competitividad a largo plazo.
La automovilística, que en los últimos años ha recortado la producción de vehículos en el Viejo Continente, ha aportado esta financiación con el fin de reducir la deuda de Ford-Werke, su sociedad alemana. Además, la compañía ha anunciado que se proporcionarán fondos para un plan de negocios plurianual destinado a apoyar los esfuerzos de reestructuración en curso y aumentar la competitividad.
John Lawler, vicepresidente de Ford, ha explicado que "para tener éxito en Europa a largo plazo, debemos seguir simplificando nuestras estructuras, reducir costes y aumentar la eficiencia".
El directivo también ha calificado de "esencial" que todas las partes interesadas (industria, responsables políticos, sindicatos e interlocutores sociales) "trabajen juntos para asegurar el futuro de la industria automovilística europea". Por ello, Lawler ha pedido una "agenda política clara en Europa que promueva la adopción de coches eléctricos y alinee la demanda de los consumidores con los objetivos europeos de emisiones".
El negocio de Ford en Alemania, a la baja
Este año, Ford cesará la producción del Focus en la factoría de Saarlouis. Esta decisión se produce tras la elección de la fábrica valenciana de Almussafes por parte de la matriz en 2022 para producir la nueva generación de vehículos eléctricos. La idea que maneja la compañía para la planta de Saarlouis es reconvertir la instalación en un centro tecnológico, manteniendo 1.000 puestos de trabajo.
Ford también anunció el año pasado un recorte de 4.000 empleos en Europa para finales de 2027. Los recortes de empleo "afectan principalmente a las operaciones en Alemania, pero también al Reino Unido", señaló Ford, que explica que en otros mercados europeos los ajustes serán mínimos. En el caso de Alemania el motivo del ajuste es claro: la débil situación económica y una demanda menor a la esperada de vehículos eléctricos. Hasta el punto que el fabricante ha anunciado que reducirá aún más el programa de producción para los nuevos Explorer y Capri en su planta de Colonia en el primer trimestre de 2025.
Cabe recordar que Ford ha comprometido en los últimos años inversiones por valor de 2.000 millones con el fin de transformar su planta alemana de Colonia a la electromovilidad. Durante el pasado año, los costes de reestructuración de Ford alcanzaron los 992 millones de dólares, de los que el 72% correspondieron a Europa, hasta situarse en los 716 millones de dólares. Este guarismo supone un 26,7% menos en comparación con los 978 millones que abonó en 2023.
La multinacional con sede en Míchigan acumula dos ejercicios consecutivos de descensos en el mercado alemán, el más importante del Viejo Contiente por volumen de ventas. Así, Ford comercializó el año pasado en Alemania un total de 155.000 vehículos, lo que supone un descenso del 4,3% en la comparativa interanual. De hecho, el peso de las entregas de Ford en el mercado alemán se sitúa en el 5%, mientras que en 2022 se situaba en el 5,7%.