
En el mundo de los superdeportivos, la ligereza es sinónimo de velocidad, agilidad y eficiencia, y en McLaren lo han tenido muy en cuenta. Desde el icónico MP4/1 de Fórmula 1 hasta el revolucionario W1 Ultimate la fibra de carbono es su seña de identidad. Pero, ¿cómo logra un supercoche pesar tan poco y por qué es tan importante?
Ligera, fuerte y extremadamente rígida, la fibra de carbono ha sido el material elegido por McLaren desde que revolucionó la F1 en 1981 con el MP4/1, el primer monoplaza con un chasis monocasco de este material. Su impacto fue inmediato: no solo hizo los coches más rápidos, sino que también elevó el nivel de seguridad.
Esa tecnología pasó de las pistas a la carretera con el legendario McLaren F1 de 1993, el primer coche de calle con un monocasco de fibra de carbono. Su peso de solo 1.140 kg y su motor V12 de 627 CV lo convirtieron en el coche de producción más rápido del mundo. Desde entonces, McLaren ha seguido innovando con estructuras como el MonoCell, el Monocage y, ahora, el revolucionario Aerocell del W1 Ultimate.
La fibra de carbono reduce el peso de un superdeportivo y este mejora en todos los aspectos:
-Aceleración y velocidad: menos peso significa una mejor relación potencia-peso, clave para alcanzar altas velocidades.
-Dinámica: un chasis ligero y rígido permite una mayor precisión en curvas y una respuesta más ágil.
-Eficiencia energética: con menos kilos que mover, el consumo de combustible (o energía en coches híbridos y eléctricos) se reduce notablemente.
-Seguridad: la fibra de carbono absorbe impactos de manera excepcional, protegiendo a los ocupantes en caso de accidente.
Modelos icónicos de McLaren y su impacto en la ligereza
MP4/1 (1981): la revolución en la F1

El primer monoplaza con un chasis monocasco de fibra de carbono en la historia de la Fórmula 1. Su rigidez estructural y ligereza permitieron un gran avance en prestaciones y seguridad. En el Gran Premio de Italia de 1981, John Watson protagonizó un espectacular accidente a 140 mph (225 km/h) del que salió ileso, demostrando al mundo la resistencia del material.
McLaren F1 (1993): el primer súperdeportivo de carbono

Diseñado por Gordon Murray, el McLaren F1 pesaba solo 1.140 kg y alcanzó 386 km/h, gracias a su V12 de 627 CV. Su chasis de fibra de carbono le dio una relación peso-potencia sin precedentes, convirtiéndolo en el coche de calle más rápido de su tiempo.
McLaren 12C (2011): la democratización del monocasco de carbono

El primer coche de producción en serie de McLaren introdujo el MonoCell, un chasis monocasco de carbono de solo 75 kg. Su rigidez extrema eliminó la necesidad de refuerzos adicionales en la versión Spider, una filosofía que McLaren mantiene hasta hoy.
McLaren P1 (2013): híbrido, pero ligero

La segunda iteración del ADN del F1 incorporó el MonoCage, una estructura monocasco completa de fibra de carbono que pesaba solo 90 kg. Su aerodinámica activa y su tren motriz híbrido de 916 CV demostraron que electrificación y ligereza pueden ir de la mano.
McLaren 720S (2017): visibilidad y aerodinámica sin peso extra

El Monocage II aportó una estructura ligera y fuerte que permitió un diseño con pilares delgados para una visibilidad inigualable. Sus puertas en diedro facilitan la entrada y salida sin necesidad de refuerzos adicionales.
McLaren Artura (2021): el nuevo referente híbrido

Con el chasis MCLA, la ligereza se combinó con electrificación. La estructura optimizada acoge un V6 híbrido, manteniendo un peso reducido y una dinámica de conducción purista.
McLaren W1 (2024): la máxima expresión del carbono

El W1 introduce el Aerocell, la estructura más avanzada de McLaren, basada en el Solus GT de circuito. La tecnología McLaren ART permite fabricar piezas de carbono ultraligeras con alta rigidez y menor desperdicio de material. Su reducida distancia entre ejes y la integración de los asientos en el monocasco optimizan la distribución del peso. Es el modelo que ha conseguido la mejor relación potencia-peso jamás alcanzada por un superdeportivo McLaren: 928 CV de potencia y 1399 kilos de peso.