
Un extraño fenómeno ocurre en dos de las autopistas de peaje más caras de España: AP-68 y BU-800. En el caso de primera, es que varios conductores que transitan habitualmente entre Logroño y Haro han expresado su preocupación tras descubrir tornillos incrustados en los neumáticos de sus vehículos. Los afectados, que utilizan esta autopista a diario por motivos laborales, aseguran que no se trata de un incidente aislado, sino de un "problema recurrente" que ha comenzado a afectar a un número creciente de usuarios. Caso similar en la ruta de la BU-800 que conecta Cardeñadijo con Burgos.
La alarmante situación ha generado inquietud no solo por los daños materiales en los coches, que han requerido reparaciones urgentes, sino también por el riesgo potencial de accidentes. Los conductores, que además se exponen a la densa niebla de la zona, temen que estos nuevos "obstáculos" puedan agravar aún más la peligrosidad de la vía. La posibilidad de un pinchazo repentino en medio de la niebla es un riesgo que muchos consideran "inaceptable".
Según una publicación de Nuevecuatrouno, los afectados han tomado la iniciativa de contactar a los responsables de la autopista. Aunque estos han indicado que están llevando a cabo labores de limpieza en la vía y han proporcionado la información de su aseguradora para reclamaciones, muchos conductores consideran que estas "medidas son insuficientes".
Este incidente se suma a una serie de críticas que han surgido en los últimos meses por parte de los conductores habituales de la AP-68. Los usuarios han manifestado su descontento ante las constantes obras de mantenimiento y las tarifas elevadas de peaje que deben afrontar.
Clavos y tornillos en la BU-800
En un contexto similar, la carretera BU-800, que conecta Cardeñadijo con Burgos, ha sido objeto de atención por su grave problema de seguridad. Los conductores informan que esta vía ha estado cubierta de clavos y tornillos, generando un alto riesgo de accidentes. Los pinchazos repentinos y los daños en los neumáticos han sido una constante preocupación para quienes deben transitar por allí.
Según informa El Debate, desde octubre, se han recogido más de 6 kilos de clavos y tornillos en el acceso a Burgos, especialmente en el puente con la A-1 y la BU-11. A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales para limpiar la carretera, el problema persiste, ya que parece que alguien está esparciendo estos objetos de forma deliberada. Este acto vandálico ha dejado a los residentes y conductores en un estado de inquietud creciente, sin respuestas claras sobre los motivos detrás de esta conducta.
Mientras las investigaciones continúan para esclarecer quién está detrás de esta situación, los conductores que utilizan la BU-800 han sido advertidos de extremar precauciones al circular por la zona. La seguridad vial es un tema que preocupa a todos, y los recientes incidentes en ambas vías han puesto de manifiesto la necesidad urgente de adoptar medidas efectivas para garantizar la integridad de los usuarios.
La comunidad de conductores, tanto de la AP-68 como de la BU-800, se une en su demanda de mayor atención y acción por parte de las autoridades. La seguridad en las carreteras no debe ser un lujo, y los usuarios exigen que se tomen medidas inmediatas para resolver estas situaciones que ponen en riesgo la vida de quienes transitan por ellas.