
De acuerdo con el medio alemán "Auto, motor und Sport", Stellantis ha patentado para sus eléctricos un tubo de escape, pero no es como te imaginas.
Que nadie se equivoque, porque el tubo de escape de la batería no está pensado como una chimenea para expulsar gases. O, al menos, la intención es, como las rampas de emergencia de los aviones, que no se tenga que utilizar nunca.
De acuerdo con la patente que presentó Stellantis el 16 de enero de 2025 en EE.UU., se pretende que los posibles gases que se producen cuando una batería se sobrecalienta puedan salir al exterior, de manera excepcional, sin inflamarse en el interior de la batería y desatar el incendio de la misma.
Auto, motor und Sport advierte en su artículo que los fuegos en coches de batería son mucho menores estadísticamente que en vehículos con motores de combustión y que el sistema simplemente intenta añadir aún más seguridad a los ocupantes de los vehículos eléctricos en caso de un "extremadamente raro" incidente.
Un catalizador antes de evacuar gases
La intención tampoco es llenar de contaminantes la atmósfera en un caso de emergencia en el que tengan que liberar gases de la batería por seguridad. El tubo de escape en el sistema que se ha patentado se asemejaría mucho al de un motor de combustión, lleno de catalizadores e inyección de sustancias (previsiblemente, algún oxidante). Se trata de que los gases no salgan a la atmósfera directamente, sino convertidos químicamente en sustancias menos nocivas.

Según la patente, los gases que emite una batería al sobrecalentarse pueden contener gases muy inflamables como hidrógeno y otros hidrocarburos como metano, etano, etileno, acetileno, propano y butano, susceptibles de inflamarse a altas temperaturas. Serían sometidos a varios tratamientos químicos para disminuir su presencia, suponemos que en el mejor de los casos, en forma de CO2 y agua.
