
General Motors dejará a un lado sus robotaxis y utilizará los conocimientos adquiridos para aplicarlas a todos sus coches como sistemas avanzados de ayuda a la conducción.
Las circunstancias del atropello fueron terribles. Un coche autónomo de Cruise, la empresa de robotaxis de GM que quería competir con la Waymo de Google, no reconoció tras un atropello en el que no estaba implicado, que una mujer yacía justo bajo el coche. Resuelto a despejar la vía, el coche procedió a retirarse arrastrando a la mujer durante varios metros. Fue el principio del fin del coche autónomo en General Motors. Se prohibieron sus operaciones en San Francisco, resolvieron poner conductores para vigilar al coche autónomo y finalmente fueron retirándose de otras ciudades.
El 10 de diciembre han anunciado que abandonan –"reestructurar y reenfocar las operaciones de Cruise"- y que las tecnologías del robot-taxi servirán para el progreso de Super Cruise, la conducción automatizada que ya incorporan en 20 modelos (siempre supervisada por el conductor, que debe permanecer mirando a la carretera, aunque sin tocar el volante). Ya poseen el 90% de las acciones (invirtieron en Cruise en 2016) y pretenden recomprar la totalidad para no causar perjuicios al resto de accionistas.

No consideran que haya sido un fracaso. Los más de 10000 millones de dólares invertidos. Declararon que están totalmente comprometidos con la conducción autónoma y llevar sus beneficios a sus clientes. En palabras del vicepresidente encargado el software en General Motors, la automatización de la conducción traerá beneficios a los clientes como una "mayor seguridad, mayor fluidez del tráfico, accesibilidad al automóvil y reducción del estrés".

Subyace la idea primitiva de Toyota
Sigue así los pasos de Toyota, que cuando contrató al responsable de Darpa para dirigir sus planes de conducción autónoma, descartó el coche totalmente autónomo. En su lugar propuso el desarrollo de un sistema "Chófer-Ángel de Guarda", que serviría a todos sus modelos. en el que el humano condujera y la máquina vigilara sus acciones para intervenir en caso de emergencia cuando el conductor se viera superado por la situación. En condiciones sencillas, el coche tomaría el volante y haría de chófer, con la supervisión -más relajada- del humano tras el volante.
Como lo presentaba Toyota los avances hacia la conducción autónoma se podrían hacer peldaño a peldaño. Exactamente como abre la noticia de General Motors, que "priorizará el desarrollo de sistemas avanzados de asistencia al conductor en un camino hacia el vehículo personal totalmente autónomo, avanzando en el progreso de Super Cruise (con los ojos del conductor en la vía)".
