
El consejero delegado de Northvolt, Peter Carlsson, ha anunciado su dimisión después de que el mayor fabricante europeo de baterías para vehículos eléctricos haya presentado en las últimas horas la petición formal de quiebra en Estados Unidos, según ha informado la propia compañía en un comunicado.
La empresa, hasta hace poco una de las tecnológicas privadas más valiosas de Europa, ha solicitado la quiebra voluntaria en las últimas horas con el fin de reestructurar la deuda, reducir su negocio y asegurar una "base sostenible" para continuar con sus operaciones. El proceso de reestructuración se espera que finalice en el primer trimestre de 2025. De momento, Norhtvolt ha confirmado que mantendrá operativa su fábrica de Ett (Suecia).
"Este paso decisivo permitirá a Northvolt continuar su misión de establecer una base industrial europea local para la producción de baterías", ha afirmado el presidente interino de la junta directiva de la empresa, Tom Johnstone.
Además, ha añadido que a pesar de los "desafíos" a los que se enfrenta Northvolt en el corto plazo, esta acción permitirá a la compañía "fortalecer la estructura de capital para capturar la continua demanda del mercado de vehículos eléctricos".
El objetivo de la escandinava es ser capaz de acceder a una línea de financiación de unos 234 millones de euros de los que, aproximadamente, 138 millones serán en efectivo y otros 95 millones a través financiación del deudor en posesión, aquella vía que les permite a las empresas en bancarrota acogidas al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos seguir operando.
Reducción de costes
La base industrial de Northvolt se basa en la producción de baterías de iones de litio para coches eléctricos que, recientemente, se ha visto afectada por el desembarco de la competencia china en el Viejo Continente.
En consecuencia, en septiembre la sueca tomó la decisión de recortar en una quinta parte su plantilla, 1.600 puestos de trabajo en Suecia, ante los problemas de liquidez. A pesar de que Skelleftea ha sido la localidad que más ha sufrido los recortes de plantilla --un millar de empleos--, el grupo informó de que a lo largo de los próximos meses recortaría otros 400 puestos de trabajo adicionales en Västeras, donde los programas y la expansión se ralentizarán en Northvolt Labs.
La compañía admitió entonces necesitar una reducción de plantilla de aproximadamente el 20% a nivel mundial y del 25% en Suecia para seguir siendo "sostenible".
Complementariamente, en julio Norhtvolt dio a conocer una revisión estratégica de su plan de negocio según la cual advirtió de la suspensión de la construcción de las nuevas fábricas en Alemania, Canadá y Suecia después de triplicar sus pérdidas hasta superar los 1.000 millones de dólares (unos 936 millones de euros) en el último año.
La compañía se está enfrentando a varios problemas relacionados con las operativas diarias del negocio, sobre todo, debido a la pérdida de grandes clientes como BMW o Scania de Volkswagen que se han quejado en numerosas ocasiones de los retrasos en la recepción de productos y en problemas de calidad de las baterías. Hasta hace unos meses, la financiación de Northvolt estaba respaldada por un volumen de pedidos valorados en más de 49.300 millones de euros.
Webasto valora una reestructuración de más de 1.000 millones de deuda
Por su parte, el proveedor alemán Webasto valora una reestructuración de su deuda valorada en más de 1.000 millones de euros a medida que se acentúa la desaceleración de la industria automovilística europea, ante la caída de la demanda de vehículos eléctricos y el desembarco de la competencia china en el Viejo Continente.
La empresa negocia con los acreedores, entre los que se encuentra la entidad italiana Unicredit, la selección de un responsable de reestructuraciones para supervisar todas las negociaciones.
Webasto también habría recurrido a la entidad británica Rothschild, según avanza 'Bloomberg', para que la asesore en las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda y sobre posibles futuras operaciones de fusión o adquisición.
Los planes de renegociación de la deuda llegan apenas unos meses después de que Webasto acordara con las entidades bancarias modificar las condiciones de sus préstamos tras incumplir los convenios.
Según la información financiera del grupo consultada por Europa Press, Webasto contaba a cierre de 2023 con varias líneas de crédito abiertas por valor de 1.200 millones de euros, incluido un préstamo sindicado de 878 millones de euros y 89,5 millones de euros en préstamos Schuldschein, un tipo de deuda similar a un pagaré, con un plazo de vencimiento de entre 10 y 15 años.
En febrero, la alemana vendió una participación mayoritaria en su negocio de soluciones de carga a Transom Capital Group y un mes después anunció el despido de más de 200 trabajadores.
Webasto se suma de esta manera a la crisis en la que se encuentra el sector europeo de la automoción. Ford anunció el pasado miércoles un recorte de plantilla de unos 4.000 trabajadores en Europa, principalmente en Reino Unido y Alemania donde, precisamente, ha criticado la inacción del Gobierno de Olaf Scholz para apoyar la expansión del vehículo eléctrico.
Al tiempo, los trabajadores de grupo Volkswagen en Alemania han amenazado en las últimas horas con la convocatoria de huelgas masivas a partir de diciembre, después de que los líderes sindicales y la dirección del fabricante no lograran llegar a un acuerdo este pasado jueves sobre cómo recortar los costes en la marca homónima de la germana.
Bosch anuncia 5.500 despidos
La alemana Bosch ha anunciado un plan de ajuste que incluye el despido de 5.500 trabajadores en la división de movilidad del grupo, a medida que la débil demanda de vehículos eléctricos y la llegada de la competencia china acentúa la crisis del sector del automóvil en Europa.
"No esperamos un impacto en España de los planes actuales comunicados por la división Cross-Domain Computing, ya que la entidad no está representada en el país", han aclarado fuentes del grupo a Europa Press.
Se estima que a finales de 2027 se supriman la mayor parte de todos los puestos previstos, unos 3.500, la mitad de ellos en Alemania, en las unidades de software para la conducción autónoma.
Además, el negocio director del grupo se verá también muy afectado a nivel nacional en Alemania. En la fábrica de Schwäbisch Gmünd se suprimirán 1.300 puestos de trabajo entre 2027 y 2032, estos son, uno de cada tres empleos de la planta.
Complementariamente, Bosch también ha anunciado el despido de 750 empleados en la planta de Hildesheim, donde se fabrican componentes para la electromovilidad. Se espera que 600 de ellos sean eliminados para finales de 2026.
En total hay más de 7.000 trabajadores involucrados en el plan de ajuste de la compañía, aunque hasta 2029 la dirección de Bosch acordó con los representantes de los empleados la exclusión de los despidos por motivos operativos para los empleados afectados.
Ahora se seguirán negociando en detalle las modalidades del plan de recorte de empleo que sean "lo más socialmente aceptables posible", han asegurado desde la dirección.
"Esto pone en riesgo la paz social en la empresa. Ahora organizaremos nuestra resistencia a estos planes a todos los niveles", ha advertido el presidente del comité de empresa, Frank Sell, al conocerse la noticia.