
A las puertas de la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 de Barcelona, Alpine aterriza en la capital catalana con el primer Alpine Atelier del mundo, un espacio en el que, además de vender coches, se pueda dar a conocer la renovada enseña francesa. En el acto, que sirve para presentar el nuevo Alpine A290, el consejero delegado de la compañía, Philippe Krief, se sienta con elEconomista.es para explicar la estrategia de la compañía.
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un Atelier y un concesionario normal?
Respuesta: Esto no es solo un lugar para vender coches. Es un espacio para que sientas la experiencia de la marca y en la que además puedas sentir la experiencia de personalizar tu propio coche. Pero especialmente para lo primero. Para nosotros lo más difícil en este proyecto ha sido crear una marca en muy poco tiempo. Es una marca muy fuerte en Francia, sí, pero no tanto en Europa y Estados Unidos. Por eso creamos estos espacios, para ser globales.
P: ¿Por qué en Barcelona?
R: Creemos que Barcelona representa a la perfección el ADN de Alpine. Este año abriremos también en París y Londres, pero algo muy importante para nosotros es crear la marca, demostrar que somos una marca moderna y abrirnos a nuevos mercados. Por ello Barcelona era una decisión muy obvia para nosotros. Sintetiza estos valores.
¿Qué expectativas tienen para el mercado español? No parece que sea el más dinámico en el negocio del coche eléctrico...
Bueno, nosotros tenemos un enfoque ligeramente diferente. Tratamos de vender placer, una experiencia de conducción. No tenemos la ambición de vender cientos de miles de coches. Más allá de las políticas que haya, nosotros queremos ser innovadores para la industria de las cero emisiones.
Aquí en España es inevitable comparar la relación que se da entre Alpine y Renault con el inicio de Seat y Cupra, con dos estéticas diferentes y con el sello de Luca de Meo en los dos casos...
Creo que en nuestro caso va un poco más allá. Nosotros tenemos una herencia y un legado muy fuertes, estamos además desarrollando nuestra plataforma específica 100% Alpine. Creo que somos más que solo un satélite. Nosotros queremos ser una marca con nuestros propios activos, evidentemente utilizando los recursos del grupo, pero con una imagen y productos diferenciados.

Entrando en el aspecto financiero, ¿qué perspectivas tienen para este año?
No te puedo desvelar mucho. Sí puedo decir que con el lanzamiento del nuevo A290 esperamos entre 7.000 y 8.000 entregas frente a los 4.200 coches servidos del año pasado.
¿Y a medio plazo?
Estamos en un momento de consolidación de nuestra división de carreras. Y como sabes la Fórmula 1 no es un negocio que dé beneficios. A pesar de ello, y sumando las grandes inversiones que prevemos para nuestros coches, como la nueva plataforma, aspiramos a alcanzar el break even en 2026. A partir de aquí, el reto es empezar a generar cash flows positivos para 2027 y 2028.
Hablando de Fórmula 1, ¿hay tecnología que desarrollen para el mundo de la competición que luego les sirva para los vehículos que comercializan?
Realmente son dos mundos muy diferentes, pero sí que hay aspectos como la aerodinámica en los que nos ayuda. No por las soluciones, pero sí por la metodología. Y la aerodinámica es especialmente importante en los coches eléctricos: cuanta más aerodinámica tengas, más autonomía lograrás sin tener que añadir una mayor batería. Por eso la optimización es clave y el trabajo hecho en la Fórmula 1 nos ayudará.
Tienen un plan de expansión muy ambicioso, con siete lanzamientos hasta 2030 y 8.000 millones de ingresos previstos. ¿Ven posible avanzar ese objetivo?
No estoy seguro de que vaya a ser posible avanzarlo. Dependerá mucho de los coches que vayamos a lanzar y ya es suficientemente ambicioso pensar en tener un vehículo nuevo cada año. Dependerá mucho de si logramos tener alguno de los modelos que se convierta en un superventas.
¿Y ralentizarlo o hacer cambios? Parece que hay dudas en muchos mercados, el español el primero, sobre la velocidad de implementación del coche eléctrico
Estamos atento a ello. Podría suceder, aunque no estamos pensando en ello, pero nuestra plataforma está preparada para producir vehículos de combustión interna. El plan es ser puramente eléctricos, pero estamos preparados, técnicamente hablando, para adaptar nuestras motorizaciones en caso de que sea necesario. Tenemos flexibilidad, eso sí, en los timings para decidir.

Para 2027 entrarán en Estados Unidos, ¿tienen algún otro mercado en el foco?
Estados Unidos ya es un gran mercado. Estamos mirando también en Asia, donde ya tenemos cierta presencia, pero la prioridad por ahora es Estados Unidos. Estamos viendo todavía cómo lo haremos desde el aspecto de la distribución, si por nosotros mismos o a través de distribuidores, y en, como te decía al principio, crear una imagen de marca. Tenemos tres años, pero es algo que decidiremos a final de año.
¿Y dónde fabricarían?
Estamos viendo las instalaciones del grupo, pero no hay un plan a día de hoy de abrir una nueva fábrica en Estados Unidos.
Debo preguntarle también por la opinión de Alpine sobre los nuevos aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos
Aquí hay dos puntos a analizar. El primero es que sí, es seguro que ayudará a los fabricantes de coches eléctricos europeos, pero hay que tener en cuenta que se han impuesto porque los fabricantes chinos son más competitivos que nosotros. Necesitamos ser más competitivos, aprender a como serlo.
¿Y eso cómo se logra?
Sobre todo, siendo más rápidos. Tenemos que aprender a desarrollar nuestros coches más rápido, porque si lo haces el precio se reduce. Luego también hace falta una estrategia global de componentes y para la cadena de suministro. Tenemos que mejorar.