La industria del automóvil valenciana lleva tres años en los que cada pocos meses se enfrenta a otro match ball para despejar la supervivencia de la factoría de Ford en Almussafes, el núcelo esencial de esta actividad en la región. Francisco Segura, presidente del Clúster de Automoción y Movilidad de la Comunidad Valenciana (Avia) y de una de las mayores firmas del sector, Grupo Segura, puso voz a las dificultades que atraviesa hace unos días en la Jornada Paco Pons, que organizaron en Valencia APD y AVE.
No tenemos más remedio que pedir", aseguró Segura en su intervención, ante la situación que atraviesa una industria fundamental en la Comunidad Valenciana, que vive en una montaña rusa desde la pandemia por la caída de la demanda, la transición al coche eléctrico y los volantazos de Ford sobre su estrategia.
El presidente de Avia reconoció duramente que "el parque de proveedores está bastante dañado" tras la continua caída de la producción de Ford en Almussafes. La finalización y cancelación de cuatro de los cinco modelo que producía la factoría en los últimos dos años, sin un relevo hasta mediados de 2027, son la cauda.,"Tenemos un vehículo con ciento poco mil unidades al año cuando estábamos acostumbrados a fabricar unos 400.000 al año", resumió Segura en el foro empresarial.
Segura apuntó que la industria auxiliar "ha resistido", pero que necesitan apoyo para aguantar otro periodo de baja producción y su reconversión. "Para afrontar proyectos tan tecnológicos como el vehículo eléctrico necesitamos financiación y músculo para innovar y formar a la gente. Necesitamos ayuda de la Administración tanto nacional como autonómica", sentenció.
La competencia china
No es la única reivindicación. "Tenemos que pedir a Europa que regule el mercado con China", apuntó ante la avalancha de coches eléctricos del gigante asiático. "China trabaja bajo dumping, yo me atrevería a decir que de manera ilegal. Pero es que esos productos luego los pasamos por la frontera, por los puertos con total impunidad y eso no puede ser", comentó.
El presidente de Segura, que en 2023 prácticamente ha duplicado su tamaño con la compra de plantas de Plastic Omnium en Vigo y dos instalaciones en Alemania, una de ellas una antigua planta de BMW, dejó claro que la sostenibilidad ya está afectando a la industria valenciana.
Puso de ejemplo su propio grupo de estampación, que desde hace 15 años tiene una planta en Hungría y ha dado el salto a Alemania para poder seguir suministrando al resto de Europa sin que le penalice la huella de carbono que exigen las marcas. "Desde Valencia hasta Suecia no vamos a exportar nunca más", señaló. En su lugar, el fabricante y diseñador de piezas metálicas lo está haciendo desde Hungría para cumplir con la huella de carbono que piden los fabricantes. "A más de 500 kilómetros de una fábrica no vamos a poder suministrar", llegó a asegurar.