
Nos vamos de ruta por la zona norte de Madrid al volante de un magnífico descapotable, el BMW 430i Cabrio, que con sus 245 caballos permite disfrutar no solo del paisaje, precioso en esta época del año, con el embalse de El Atazar a tope de su capacidad, sino también de la conducción.
Hemos elegido este modelo descapotable con 245 caballos, tracción a las cuatro ruedas y cambio automático para un recorrido por el embalse de El Atazar y Buitrago de Lozoya. Una ruta muy interesante para hacer una mañana soleada de primavera con este modelo de BMW que resulta delicioso de conducir.
La ruta nos llevará por la carretera A1, la carretera de Burgos, hasta el desvío del Berrueco. Desde allí iniciaremos un recorrido por una divertida carretera de segundo orden, con muchas curvas y buen asfalto. Es una zona perfecta para poder comprobar el magnífico comportamiento dinámico de este modelo. Pero sobre todo ese toque deportivo que caracteriza a todos los vehículos de la marca bávara.
Tenemos los diferentes modos de conducción para poder sacar el máximo partido de un coche pensado para disfrutar de la conducción en cada kilómetro. Pero sobre todo, el más interesante desde mi punto de vista, y para disfrutar de esta ruta, es el modo Sport. De esta forma la suspensión se hace más firme, la dirección más rápida y los cambios de marcha de su caja automática de ocho relaciones se hacen a un régimen más alto de vueltas. Con ello tendremos aún más empuje en un vehículo que con sus 245 caballos de su motor de cuatro cilindros con turbo permite un gran dinamismo.
Un entorno increíble
De esta forma, y tras un recorrido de algo menos de una hora llegaremos a un entorno realmente increíble, donde podremos disfrutar de un panorama único. El embalse del Atazar está casi al 100% de su capacidad, lo que garantiza que no habrá problemas de agua en la Comunidad de Madrid este verano. Pero sobre todo garantiza unas panorámicas, que hace años que no había visto con el agua hasta el borde. En la carretera que nos lleva hasta el embalse hay varios miradores en los que merece la pena parar para disfrutar del paisaje y, porqué no, hacer alguna foto.

Una vez hecha esta primera etapa seguiremos a nuestro destino, que esta vez hemos fijado en Buitrago de Lozoya. Es una preciosa localidad, al norte de Madrid, donde la gran muralla o las iglesias de la zona nos llevarán a siglos anteriores. Según los historiadores, las primeras referencias de este pequeño municipio datan del siglo I antes de Cristo, pero no hay pruebas fehacientes de que estuvieran allí los árabes antes de la reconquista. Pero Buitrago si aparece de lleno en la historia de la Reconquista, en tiempos de Alfonso VI, hacia el año 1083. Y durante cinco siglos fue una zona muy importante al norte de Madrid.
La morfología urbana de Buitrago guarda una estrecha relación con su circunstancia histórica. El núcleo más antiguo es «la Villa», es decir, la parte más alta dentro del recinto amurallado (que podría remontarse a la época árabe). Esta zona, limitada por la muralla, era bastante pequeña y enseguida la localidad tuvo que crecer, formando lo que ahora es Buitrago del Lozoya, que cuenta con unos 2.000 habitantes.
En Navidad, se puede disfrutar de un belén viviente que merece la pena visitar. Se hace de manera ininterrumpida desde 1988 y es, quizá, el más importante que se celebra en España. Aunque no seamos muy creyentes, en cualquier caso es una gran experiencia que se debe llevar con el máximo respeto. Ahora, en primavera, lo suyo es dar un gran paseo por toda la muralla. Tenemos un recorrido completo, en la parte alta de la muralla, que nos llevará pegados al río, incluyendo la zona de meandro que hace el río Lozoya en esa zona y que circula en paralelo a la muralla.
Visitar el Museo Picasso
Sin duda otra clave de esta localidad de la sierra norte madrileña, y muy poco conocido, es el Museo Picasso Colección Eugenio Arias. Ubicado desde 1985 en salas del Ayuntamiento de Buitrago del Lozoya, atesora una colección de obras que Picasso dedicó y regaló al que fuera su barbero durante los últimos 25 años de su vida, desde 1948 a 1973. Se trata de Eugenio Arias, a quien conoció en Vallauris (Sur de Francia), durante su exilio.

Picasso fue regalando a su amigo y confidente diversas obras como prueba de su afecto. Al finalizar su exilio, el barbero de Picasso quiso que la colección permaneciera en su tierra natal, Buitrago, cediendo su colección en 1982. Gracias a ello, el museo cuenta con un conjunto de obras de naturaleza muy variada: dibujos, obra gráfica, fotografía, cerámicas, pirograbados, así como carteles de exposiciones y libros dedicados por el artista a Eugenio Arias.
Diría que esta ruta es una experiencia perfecta para poder hacer con un coche como este. La versión que hemos utilizado para nuestra ruta es una variante intermedia, con un motor de cuatro cilindros con 245 caballos. Dentro de la gama de este modelo hay variantes de cuatro cilindros tanto en diésel como en gasolina, pero sobre todo hay opciones mucho más deportivas. En este sentido hay tres alternativas muy diferentes.
Del diesel al M4 Competition
Por un lado los M440 disponibles con mecánica diesel y gasolina, con propulsores de seis cilindros en línea y potencias de más de 350 caballos. Son versiones con la mítica sigla "M", pero en versión un poco más "light", y por encima un "M" de verdad. Se trata del M4 Competition, un modelo casi sacado de un circuito, con un impresionante motor de seis cilindros con turbo que proporciona una potencia de 530 caballos. Una verdadera fiera que hay que domar para poder rodar por la carretera.
Tengo que reconocer que este coche me ha gustado mucho y me ha sorprendido porque además añade una estética realmente rompedora. Es un modelo descapotable de dos puertas en el que el acceso a las plazas traseras es algo complicado cuando tenemos el techo de lona puesto, pero que ofrece buen espacio, incluso para esas plazas posteriores. Su estética es realmente rompedora, sobre todo en su frontal. Puede gustar o no, por tener una parrilla tan grande que llega casi hasta el suelo, lo que le hace un poco extraño. Pero desde luego es muy llamativo.
Magnífico descapotable
En cuanto a su mecánica, este motor de 2 litros de gasolina es realmente brillante gracias al apoyo de un turbocompresor, con el que ofrece una espectacular manera de subir de vueltas. Eso hace que este BMW siempre pida ir deprisa, algo a lo que hay que acostumbrarse si no queremos pagar muchas multas en los radares.

En el apartado de consumo, si hacemos una conducción razonable, sin buscar los limites, es bastante bueno. En este recorrido, de unos 200 kilómetros, el consumo medio que he obtenido ha sido de 8,9 litros que me parece una cifra muy razonable en un coche que corre mucho, como este BMW. Porque si en el modo eco pro ya va muy bien, con una buena agilidad, cuando accionamos el modo Sport aquello muestra todo su espíritu deportivo.
Este 430i es un modelo delicioso de conducir, se puede viajar tranquilo, pero siempre a buen ritmo. Lo mejor es que con este coche, y sobre todo accionando el modo Sport, tendremos un vehículo con el que rodar muy rápido y con la máxima seguridad. Su motor de 245 caballos ofrece un empuje máximo en todo el abanico de revoluciones, desde las 1.550 vueltas. Un motor brillante, de consumo razonable y de magníficas prestaciones. En una carretera con muchas curvas, pocos coches son tan divertidos como este.