
Los coches eléctricos muestran tal facilidad y suavidad, que incluso los conductores más experimentados perciben que los coches deportivos eléctricos proporcionan escasa información sobre la velocidad a la que circulan, y el ruido artificial podría ser la solución.
Desde hace años los coches térmicos más deportivos han incluido altavoces hacia el exterior para amplificar los sonidos guturales de sus escapes. Audi, BMW, Mercedes, pero también generalistas como Ford o Volkswagen han hecho uso de estos sistemas.
No solo hacia fuera, los coches con motor de combustión también se han desarrollado sistemas para hacer llegar mejor el sonido del escape hacia el interior, sea abriendo una trampilla al habitáculo o modificando mediante válvulas el recorrido de los gases de escape.

Ruido a través del equipo de audio
Igual de habitual ha sido reforzar el sonido del motor a través de los altavoces del equipo de audio, sea mediante amplificación o con sonidos de síntesis. Todas estas medidas permiten hacer sentir a su conductor y ocupantes mayores sensaciones de deportividad. No solo es estimulante para el conductor aficionado, también es una herramienta que a la vez que informa de la velocidad, también puede ayudar a rebajar la necesidad de buscar más sensaciones, más deprisa, disminuyendo riesgos.
Al principio, el sonido interior artificial en los eléctricos parecía algo lúdico. Renault incluyó sonidos sintéticos que podrían hacer creer que se circulaba a bordo de una nave espacial, experimentando bucles de agudos aparentemente infinitos durante las aceleraciones. Sin embargo, también se podían programar sonidos de coches deportivos con motor térmico.

Ruido por seguridad
En la actualidad, surge una nueva razón para que los coches eléctricos emitan ruido dentro del habitáculo. Se han puesto en el mercado coches de muy altas potencias y prestaciones a precios relativamente muy bajos. Las aceleraciones pueden suceder con tanta celeridad, y pueden desarrollarse de forma tan silenciosa, que su conductor no tenga una verdadera percepción de la velocidad a la que circula.
Algunos fabricantes chinos de vehículos eléctricos de altas prestaciones han visto como sus coches han tenido serios incidentes, por estas altas prestaciones y vertiginosas aceleraciones. Coches eléctricos de un coste moderado permiten aceleraciones que antes solo estaban al alcance de hiperdeportivos por encima del medio millón de euros.

Ni los conductores, ni los propios están siempre preparados para semejantes potencias. El sonido del motor térmico era un buen indicativo del ritmo al que se rueda, para el que el conductor estaba inconscientemente educado y esto ha desaparecido en los eléctricos.
Someone had too much fun with the Xiaomi SU7 ?? pic.twitter.com/pKO4oRveLu
— Afonso (@AfonsoEV_) April 9, 2024
En redes sociales, sus detractores no tienen una visión magnánima con los fabricantes chinos. Pueden ser líderes en materia de baterías, pero no disponen de sistemas de chasis y de frenos tan elaborados como los vehículos deportivos occidentales, fruto de años de evolución y de experiencia en competición. No en vano un sistema de suspensión (incluso fabricado en China para afamados fabricantes de coches europeos de alta gama) o un sistema de frenos para un vehículo de altas prestaciones (solo esos componentes del chasis) puede costar como la mitad de una de estas berlinas con prestaciones de hiperdeportivos. Hasta el punto de que, según China Observer, un concesionario de Porsche se comprometía a regalar un Xiaomi SU7 por la compra de un Taycan (o un descuento equivalente).
SAAV, el obligatorio ruido hacia el exterior
La controversia sobre el sonido de los motores está en la calle. Mientras que, para algunos, el ruido de un motor térmico es enervante y generador de estrés, para otros puede ser un sonido evocador y melodioso. Hasta el punto de que, en 2023, la Biblioteca Británica decidió recoger en sus archivos el sonido del Jaguar F-Type V8, para que futuras generaciones puedan conocer el sonido de un automóvil movido por un motor de combustión, cuando todos sean eléctricos (u mediante otra forma silenciosa de movilidad).

Por el momento, solo es obligatorio el sonido artificial para los eléctricos hacia el exterior del vehículo, los AVAS (Acoustic Vehicle Alerting System) o SAAV, como se ha traducido en alusión a Sistema de Aviso Acústico de Vehículos. En Europa, hasta 20 km/h, en EE.UU. hasta los 30 km/h. Pero los mismos ingenieros que desarrollan esa presencia acústica exterior, se están dedicando a dar identidad acústica para causar emociones y diseñar experiencias para sus ocupantes: ¿les suenan los trabajos al respecto de músicos de la talla de Hans Zimmer para BMW o Jean-Michel Jarre para Renault?