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En qué debes fijarte a la hora de comprar un coche eléctrico de segunda mano

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A la hora de adquirir un vehículo de segunda mano, los compradores deben prestar atención a muchos elementos. Algunos, como comprobar si ha pasado la ITV recientemente, tienen que ver con aspectos administrativos; otros, como el estado del aceite o el desgaste de los neumáticos, pertenecen al ámbito mecánico. Sin embargo, en un mercado cambiante, en el que cada vez aparecen vehículos alternativos a los gasolina y diésel, conviene saber en qué otros elementos hay que fijarse.

Precisamente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado una especie de guía de compra de coches eléctricos con consejos para no caer en equívocos. "Al comprar un coche eléctrico de segunda mano, debes comprobar las mismas cosas que al adquirir cualquier otro vehículo usado: por ejemplo, los kilómetros recorridos, si ha pasado las revisiones, el estado de los amortiguadores, los neumáticos, las luces, pero además hay algunos puntos que son específicos de los vehículos eléctricos", indica la organización.

Dado que el mecanismo de los motores eléctricos es considerablemente más sencillo que los motores de combustión, el elemento más complejo (y costoso) de un vehículo eléctrico es la batería.

Batería: carga, autonomía y garantía

Lo primero a tener en cuenta es si la batería está dentro del periodo de garantía. Por lo general, los fabricantes suelen garantizarlas por años (5, 6, 7, 8...), pero también por kilómetros recorridos (100.000, 150.000, 200.000...) "Si vas a comprar un coche de segunda mano, te conviene que no haya superado ese plazo de garantía ni haya recorrido más kilómetros", aconseja la organización.

¿Por qué? Porque si el coche requiere un cambio de batería, supondrá un coste adicional de entre 5.000 y 30.000 euros, haciendo prácticamente inviable la operación para la mayoría de rentas.

Junto con este dato, también conviene saber el grado de degradación de la batería. Aquí, OCU considera que durante el periodo de garantía la degradación no debería bajar del 75% de la capacidad total de la batería, sobre todo si se va a utilizar preferentemente para viajes largos. "Por ejemplo, si adquieres un coche que tenía una autonomía de 300 kilómetros de nuevo y que ya solo es capaz de recorrer 200, no lo notarás si sueles recorrer 30 kilómetros diarios, pero sí será un problema para hacer viajes largos".

Para comprobarlo, no deberíamos fiarnos únicamente del medidor del vehículo, sino que sería conveniente realizar una prueba de conducción. En ella, deberíamos anotar los kilómetros recorridos y el porcentaje de batería restante. También, para aquellos hábiles con las matemáticas, sería ideal anotar el consumo medio de ese recorrido. Con todos esos datos, podemos hacer cálculos sencillos y comprobar la autonomía real en función de nuestro estilo de conducción. "Por ejemplo, si has recorrido 20 kilómetros y has gastado el 8% de carga, la autonomía total será de 250 km aproximadamente", ejemplifica OCU.

Otro aspecto fundamental relacionado con la batería es comprobar si carga de manera correcta, tanto con cargadores domésticos como con cargadores rápidos. También, que en la venta se incluyan los cables correspondientes y que no presenten daños.

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