
A la firma encabezada por Elon Musk le espera un duro invierno en la península escandinava. Esta semana un juzgado sueco desestimó la demanda de Tesla contra el servicio postal PostNord, que opera en Suecia, Dinamarca y Noruega, tras negarse a entregar las matrículas para los vehículos de Tesla. Aquel movimiento surgió como una estrategia de solidaridad con los trabajadores de Tesla en Suecia, quienes llevan semanas en huelga, protestando contra el rechazo de la empresa estadounidense a firmar un convenio colectivo con el sindicato IF Metall.
Sin embargo, esta no es la única mala noticia para Tesla. El pasado miércoles, 3F Transport, el mayor sindicato de Dinamarca, convocó una huelga en solidaridad con los trabajadores suecos. "Están librando una batalla realmente importante", señaló en declaraciones recogidas por CNBC Jan Villadsen, secretario general del sindicato danés cuya estrategia pasa por impedir la provisión de coches de Tesla en los puertos de Dinamarca con destino a Suecia. Paralelamente, este jueves, el sindicato finlandés AKT anunció un bloqueo similar contra los vehículos de la firma de Elon Musk que lleguen a Finlandia con destino a territorio sueco.
Por si fuera poco, PensionDanmark, uno de los mayores fondos de pensión daneses, comunicó su voluntad de vender sus participaciones de Tesla, que rondan los 69 millones de euros, en caso de que la empresa no firme el convenio colectivo con sus trabajadores en Suecia. En este sentido, Ismo Kokko, líder de AKT, señaló en declaraciones a Helsingin Sanomat que los convenios colectivos eran "una parte esencial del mercado laboral nórdico".
Así las cosas, parece que a Tesla se le reduce el margen de maniobra. La negativa de firmar el convenio colectivo con los empleados en Suecia puede comprometer su actividad en una región clave, pues las ventas de coches eléctricos han aumentado exponencialmente este año, debido al desarrollo de la transición verde. Por otro lado, no es la primera vez que Tesla actúa contra los intereses de los trabajadores. En 2017, The Guardian publicó un reportaje sobre las condiciones laborales de los empleados de la firma en una planta ubicada en California. Según los testimonios, las extenuantes jornadas laborales provocaron que, entre 2013 y 2016, los problemas de salud de los asalariados superaran la media nacional.