
Aunque hace menos de dos meses que debutó en bolsa, QEV ya se ve obligada a rebajar las previsiones enviadas al mercado. La empresa de movilidad eléctrica salió a cotizar en el Euronext de Ámsterdam de la mano de una Spac de Az Capital y Spear Investments y en el cuaderno remitido a los inversores prometía unas ventas de entre 60 y 80 millones de euros para este 2023. A pesar de que las previsiones se hicieron ya en julio, la empresa ha tenido que reducirlas hasta un 65% para admitir que la facturación será solo de 28 millones.
De este modo, la firma encargada de la reindustrialización de la planta de Nissan Barcelona –de la mano de Btech-, enfría las perspectivas para este año. El dato mantiene la senda alcista frente a los 13 millones de 2022. Contactado por elEconomista.es, Joan Orús, consejero delegado de QEV, explicó que esperan cerrar el año con un Ebitda "ligeramente positivo", pero un resultado neto todavía negativo.
El dirigente justifica la caída de las ventas por los retrasos en la fabricación del pedido de 1.000 furgonetas Zeroid –en un primer momento QEV dijo que eran 1.500- para Bimbo México. Ensambladas en China, la producción fue más lenta de lo esperado y solo se pudieron entregar 400. Tampoco se presionó para lograr la cifra, sostiene, debido a que las próximas las quiere ya montar en la planta de Barcelona durante 2024.
La diferencia de entre 30 y 50 millones -según la cifra que se mire- se debería a esta demora en la entrega de 600 furgonetas, defiende el dirigente.
No obstante, es el segundo recorte de ventas que QEV hace en lo que va de año. En marzo, cuando firmó su entrada en la reindustrialización de Zona Franca, la compañía aseguró que contaba "con una facturación asegurada de más de 100 millones en 2023" gracias al encargo de Bimbo "y a otros ya cerrado" que no se han materializado.
A la espera de las contrataciones
Más allá del incumplimiento de previsiones de la compañía, los trabajadores temen que tampoco se materialicen las promesas de empleos hechas durante el proceso de reindustrialización. La firma se comprometió a la incorporación de más de 600 empleados cuando comenzase a producir en Barcelona, algo que según el calendario debería ocurrir en el primer trimestre de 2024.
Sin embargo, la plantilla desconfía de las predicciones, a día de hoy. Apenas se unieron 120 personas al D-Hub -la sociedad formada tanto por QEV como por Btech-. Para cumplir con las expectativas, ambas partes negocian contrataciones en materia de formación, con sueldos más bajos, para poder dar salida a un personal al que este mes de diciembre se le termina el paro.
Preguntado por la cuestión, Orús se mostró confiado en que se llegará a un acuerdo durante el mes de diciembre.
¿Y la producción?
Una vez haya trabajadores. Y tras percibir 41 millones de la primera convocatoria del Perte VEC, sumado al apoyo económico de Goodman -el inquilino directo de los terrenos-, será el momento de comenzar a producir. En un primer momento, el plan pasa por terminar de montar las furgonetas Zeroid que vendrían semiterminadas desde China. Más adelante se unirían las pick up de la marca Ebro que promueve Btech.
La fábrica de Nissan tiene la capacidad te ensamblar 180.000 vehículos al año. Parte del modelo de negocio de la organización pasa por fabricar para terceros. Según explicaron fuentes del D-Hub este martes, están en conversaciones con empresas estadounidenses, mexicanas y chinas para hacerlo.
La clave está en cerrar el acuerdo que negocia con la asiática Chery, que enviaría sus coches desmontados a Barcelona para volverlos a montar en la capital catalana. Así, evitaría los aranceles de la Unión Europea y pagaría solamente el 3% de cánon.