BYD no es una empresa joven, es jovencísima. Nació en 1995, pero solo lleva veinte años produciendo coches en China y hoy es la marca más vendida allí. Nueve meses después de su arranque en España, Jordi Cuesta, responsable de BYD Iberia, nos hace un balance.
Podría hablar chino en la intimidad –"en la intimidad, lo justito, pero sobrevivir, sí podría sobrevivir"- tras casi diez años trabajando en China para el Grupo Volkswagen. Actualmente, Jordi Cuesta, alguien "bastante de dar vueltas por el mundo", es responsable de BYD para España y Portugal.
¿Qué es BYD?
BYD, sobre todo, es una empresa de tecnología. Empezó como el sueño de su fundador, que continúa siendo nuestro CEO, fabricando baterías para electrónica. De ahí pasó a las aplicaciones para sus baterías, en movilidad eléctrica y automoción, pero también tránsito ferroviario, energía, paneles solares, etcétera.
¿Por qué entrar en el automóvil, siendo un sector tan competitivo, tan consolidado y demandante en inversión?
Porque apostamos por la integración vertical. Somos punta de lanza en tecnología para vehículo eléctrico, con todos los elementos dentro de nuestra propia cadena de ingeniería, de industrialización y de producción. El entendimiento de todas esas partes nos da una mayor eficiencia y una mayor competitividad en el mercado y para el usuario.
La presentación en España de BYD fue en marzo, ¿qué habéis conseguido después de dos trimestres largos?
Nuestra prioridad era poner en marcha la representación de la marca en el país. Desde el principio somos firmes creyentes del modelo tradicional de concesionario: nuestra prioridad es la satisfacción al cliente, trabajando conjuntamente con actores que conocen perfectamente al cliente y al mercado… Afortunadamente, en España, en la última década han florecido una serie de grupos en la distribución de automóviles que, de verdad, es un lujo, con gran profesionalización y capacidades en todos los ámbitos. Como marca nueva, podemos conseguir un despliegue en el mercado mucho más rápido y, algo fundamental, asegura la posventa desde el primer minuto.
En el mundo global, la gente ve que el precio de un mismo coche en China no es el de aquí...
Traer un coche a Europa no es barato. Yo creo que ya es sobradamente conocido el amplio portfolio de producto que tiene BYD. Intentamos seleccionar los que estamos convencidos que se adaptan mejor al mercado. Cada uno de ellos es un proyecto aparte, que requiere unas inversiones muy elevadas en homologación, en preparaciones de fabricación, en test, en ingeniería, etcétera, que tiene unos costes de verdad muy elevados.
¿Por qué vender solamente eléctricos, cuando también tenéis híbridos competentes?
Nosotros NO contemplamos los híbridos que no sean enchufables. El híbrido enchufable lo consideramos una tecnología muy conveniente, pero de transición. Nos puede ayudar a hacer volumen y creo que dentro de las próximas semanas o pocos meses vamos a tener noticias sobre la posibilidad de tener algún híbrido enchufable en el mercado, pero continuaremos con nuestro foco cien por cien eléctrico y donde queremos poner nuestro máximo esfuerzo. Poner en paridad en costes y en precios, ver cómo ofrecemos soluciones mucho más allá del coche, en todo el ecosistema de cargador, más baterías, más paneles.
Por ejemplo, cargadores BYD, en lugar de cargadores de Wallbox como habéis ofrecido al principio.
Sí, correcto, el cargador es una de las opciones. También lo estamos valorando, también ese es otro caso en el que estamos en un proceso de análisis y de adaptación del producto a los estándares europeos.
En China el coche sigue siendo un creciente símbolo de estatus. ¿Y en España?
Lo estamos viendo en las nuevas generaciones, que muchos no se sacan el carné de conducir. También están saliendo nuevas maneras de movilidad ("car-sharing", VTC, todos los servicios que tenemos de movilidad…) y el sentimiento de estatus del coche se va diluyendo. Y ahí tenemos que estar y vamos a estar en todos esos nuevos modelos también.
¿Cuál es la opinión de BYD sobre las tasas europeas a las empresas chinas que han recibido subvenciones?
Es un proceso que se ha iniciado y colaboraremos en todo lo que haga falta y con la información que se pida, pero internamente estamos muy tranquilos con la situación.
¿Son rápidos tomando decisiones los directivos chinos?
Desde luego. Son muy prácticos, yo creo que esta es la palabra clave. Está muy establecido en el modo de pensar de la cultura corporativa china, que, sobre todo, quiere aprender de manera muy rápida. Y, después, la reacción también es muy rápida. Hay una frase del "chairman" Wang, que dice "no es que el pez grande se coma al pequeño, es el pez rápido el que se come al lento".
Hasta final de año no diréis dónde se va a emplazar la fábrica europea de baterías, pero ¿fabricar los coches en Europa trae ventajas significativas?
Más que eso, la fabricación europea nos aportará tener que pensar, diseñar y tener la ingeniería por y para Europa, directamente desde cero, que es el objetivo con el que BYD hemos venido a Europa desde el primer minuto. Creo que esa es la parte más importante, lo hemos visto en otros fabricantes asiáticos y creemos que, en nuestro caso, también es el proceso más natural.
¿Justifica la red de recarga las reducidas ventas de eléctricos?
La red de recarga, al final, nosotros siempre decimos que es una consecuencia de qué enfoque se está haciendo. Nosotros estamos haciendo la parte que tenemos que hacer, que es traer oferta, porque hemos tenido un periodo de muchos años en que han faltado opciones incluso para alguien que se podía plantear un vehículo eléctrico. La red de recarga yo no lo veo como el motivo, sino una consecuencia más.
Somos plenamente conscientes que, de momento, en la situación que tenemos en España, el eléctrico no es para todo el mundo.
Pero también es verdad que podemos iniciar una espiral positiva, porque a medida que vayamos teniendo más oferta la gente se sentirá más atraída y demandaremos que las redes de recarga continúen el despliegue y mucho más, porque en este sector no somos solamente los fabricantes, sino muchos otros actores con los que tenemos que colaborar.