
Desde el pasado mes de abril, los conductores españoles se benefician de un descuento de 20 céntimos en cada litro de gasolina o gasoil que reposten en los depósitos de sus vehículos. La medida surgió como una solución ante la subida de precios y tras las presiones de los colectivos de transportistas.
Este parche, recogido en el Real Decreto-ley 6/2022, contemplaba que la medida tuviese un carácter temporal, y que terminase el pasado 30 de junio. No obstante, la coyuntura económica llevó al Gobierno a alargar esta y otras ayudas, prorrogándola hasta el 31 de diciembre de 2022.
Con vistas a 2023, algunos miembros del Gobierno se mostraron abiertos a extender la ayuda a los conductores más allá de la fecha límite. Sin embargo, y a mes y medio de que culminen, todo parece indicar que la ayuda sufrirá algunas modificaciones.
Subida de precios y beneficio a rentas altas
Durante el tiempo que se ha concedido la prestación, han surgido diferentes argumentos que evidencian grietas en el funcionamiento de la medida. Entre ellas, las más compartidas fueron que algunas gasolineras aprovecharon esta ayuda para aumentar sus precios (como reveló un informe de Esade) o que la ayuda beneficiaba más a las rentas altas que a las más humildes.
"La necesidad de atender rápidamente a los agentes más afectados se cubre a través de la subvención a los precios de los carburantes, pero esta es una medida muy genérica, que posiblemente tenga incluso un carácter regresivo, dado que los hogares de menores rentas probablemente tengan un menor consumo de esos productos", argumentó en su Informe Anual de 2021 el Banco de España.
Del mismo modo, el informe consideró que "quizá habría sido preferible el uso de transferencias condicionadas al nivel de renta", argumentando que "la deseabilidad del carácter selectivo de las medidas se fundamenta en la conveniencia de no fomentar un exceso de demanda que agrave los cuellos de botella y realimente el proceso inflacionista".
Colectivos y sectores más afectados
Tras este y otros estudios en la misma línea, el Gobierno comenzó a cambiar su postura coincidiendo con el final del verano.
A mediados de octubre, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, abría la puerta a estudiar posibles cambios en la ayuda. "Es un tema que tenemos que evaluar de aquí a final de año. Tenemos que ver en qué medida esa bonificación, que tiene un impacto fiscal muy importante, hay que mantenerla para toda la población o es mejor centrarnos en un colectivo o un sector más afectado", declaró en una entrevista a RNE.
El pasado martes, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendía también en otra entrevista concedida a la radio pública la necesidad de reformular el descuento a los carburantes.
"La subvención fue una decisión de emergencia. Los precios muy elevados de los combustibles requerían una reacción rápida, generalizada y de aplicación sencilla, pero cada vez es más importante concentrar el esfuerzo en quien más lo necesita, ya sea por razones profesionales, ya sea por nivel de rentas de las familias", argumentó Ribera.
Y este lunes, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, anunciaba que su Ministerio presentará un análisis del balance de medidas que se han ido tomando y explicará cuáles se mantienen y cuáles no. A su vez, sobre el descuento del combustible avanzó que el Ejecutivo será "sensible" con los sectores más afectados, como el de los transportistas.
Por lo tanto, todo parece indicar que en los próximos meses presenciaremos cambios en el actual descuento al diésel y a la gasolina. No obstante, todavía se desconoce cómo se introducirán estos cambios que, presumiblemente, seguirán beneficiando a algunos colectivos en detrimento de otros.