
La transición energética tiene un precio y en los próximos años podría ser más cara. Tras sufrir una disminución debido al incremento en la producción de coches eléctricos, los precios de las baterías podrían aumentar un 22% entre 2023 y 2026, hasta alcanzar un máximo de 138 dólares por kilovatio/hora. Este cambio de tendencia se debe a la creciente demanda de materias primas, como el litio o el cobalto, esenciales en la fabricación de las baterías.
En la actualidad, el precio de las baterías ronda los 128 dólares por kilovatio/hora de media, y el año que viene podría caer hasta los 110 dólares, según un informe elaborado por E Source. Sin embargo, en los últimos 18 meses, el precio del litio ha subido casi un 900%. En consecuencia, se estima que el coste de las baterías aumentará y, con él, el precio de los coches eléctricos vendidos en 2026 entre 1.500 y 3.000 dólares. A su vez, este incrementó conllevaría una reducción de las ventas para ese año de entre un 5% y un 10%.
Dado que los fabricantes de vehículos eléctricos planean lanzar nuevos modelos al mercado a medida que los ciudadanos se decanten por esta alternativa y que se calcula que las ventas superarán los 2 millones anuales solo en EEUU, según datos de la consultora LMC Automotive, cada vez son más las voces dentro del sector que advierten de la necesidad de asegurar el suministro de materiales como el litio o el cobalto.
El mes pasado, Jim Farley, CEO de Ford, reclamó más permisos de explotación minera y una colaboración público-privada para hacerlo posible en EEUU. Por su parte, Elon Musk, CEO de Tesla, ya instó a la industria minera a aumentar su extracción de níquel en 2020. Más recientemente, sugirió que la compañía que dirige podría entrar en el negocio de extraer y refinar de litio si no se reduce el coste de esta materia prima imprescindible para la fabricación de las baterías.
Latinoamérica, potencia estratégica de litio
América Latina cuenta con enormes reservas de litio y se está erigiendo como potencia estratégica dentro de esta industria.
Con un 56% de las reservas mundiales concentradas en Chile, Argentina y Bolivia, la región se perfila como punta de lanza de un mercado donde en el último año se ha producido un notable incremento del precio del mineral, que pasó de 9.000 dólares por tonelada a los 75.000 dólares.
Aunque el interés en su explotación es común, hay diferencias respecto al modelo de extracción. Bolivia y México consideran el litio como un mineral de utilidad pública que debe ser explotado por el Estado, mientras que Chile y Argentina permiten la participación del sector privado.
Recientemente se ha creado la Cámara Latinoamericana del Litio -formada por el momento por Argentina, Chile y Perú- que busca establecer precios e impulsar el desarrollo de un mercado en torno a esta materia prima.
Los coches eléctricos, la principal fuente de demanda de cobalto
Por primera vez, los vehículos eléctricos han superado a los smartphones y los ordenadores personales como principal fuente de demanda de cobalto. En 2021, los fabricantes utilizaron 59.000 toneladas de cobalto para fabricar sus coches eléctricos, lo que representa el 34% de la demanda total, según un informe del Instituto del Cobalto. Por detrás se encuentran las 26.000 toneladas de metal empleadas en la fabricación de teléfonos móviles y las 16.000 toneladas en ordenadores portátiles y tabletas.
En total, la demanda total de cobalto fue de 175.000 toneladas, frente a una oferta minera de 160.000 toneladas. Estas cifras ponen en relieve uno de los retos a los que se enfrenta la industria automovilística: conseguir suficientes materias primas para llevar a cabo la transición energética. El Instituto de Cobalto prevé que la demanda de este mineral alcance las 320.000 toneladas en los próximos cinco años, frente a las 175.000 toneladas de 2021. Además, se estima que el sector automovilístico representará la mitad de la demanda de cobalto en 2026, según publica el Financial Times.
La República Democrática del Congo cuenta con la mayor reserva de cobalto del mundo, de la que se extraen casi tres cuartas partes del suministro de este mineral. La producción está dominada por empresas chinas y la multinacional suiza Glencore. Según datos del Instituto del Cobalto, el país centroafricano produjo 118.000 toneladas de cobalto el año pasado, una cantidad muy superior a la del siguiente mayor proveedor, Australia, con sólo 5.600 toneladas.