Las consecuencias derivadas de la pandemia, así como los intermitentes parones en las factorías de vehículos ante la escasez mundial de semiconductores provocó que el año pasado se fabricasen en todo el mundo 80.154.988 unidades, un 3% más en tasa interanual y un 13% menos si se compara con los datos de 2019, último año antes de la pandemia.
Estas cifras, pese a ser de incremento, no muestran más que las dificultades con las que se encontraron los fabricantes a la hora de tener una cadencia de producción a lo largo del año.
De hecho, hay que remontarse una década atrás para ver unas cifras semejantes. Así, en 2011, año marcado por las consecuencias para paliar la crisis financiera de 2008, se ensamblaron en todo el mundo 79.880.920 unidades entre turismos y vehículos comerciales e industriales, según datos de la Organización Internacional de Productores de Vehículos (OICA, por sus siglas en inglés).
Si se analizan los datos por regiones, ninguna de ellas logró equiparar las cifras de producción a los datos logrados en 2019. Y es que las consecuencias derivadas de la pandemia tuvieron un efecto importante en las factorías de los fabricantes.
Así, Europa fue una de las regiones que más sufrió la escasez mundial de semiconductores, al ser dependiente de Asia. De esta manera, en Europa se produjeron en 2021 un total de 16.339.509 vehículos, lo que supuso un 4% menos que en 2020, cuando las fábricas se vieron obligadas a paralizar la producción para contener el avance de la pandemia. Si esta cifra se compara con 2019, la caída es del 24%.
En el Viejo Continente el principal productor, Alemania, redujo la producción de vehículos un 12% en tasa interanual y un 33% menos frente a 2019, hasta totalizar 3.308.692 turismos y vehículos comerciales ligeros producidos. España, por su parte, segundo productor europeo, también recortó su producción en 2021 un 8% en tasa interanual y un 26% menos en comparación con 2019, hasta ensamblar 2.098.133 vehículos. Esta situación provocó que Brasil se situase como octavo productor mundial de vehículos, al haber fabricado un total de 2.248.253 vehículos, un 12% más en tasa interanual y un 24% menos frente a 2019.
En América se produjeron un total de 16.151.639 vehículos, un 3% más en tasa interanual y un 20% menos frente a 2019. Tanto México como Canadá recortaron su producción el año pasado en tasa interanual, un 1% y un 19%, respectivamente. Por su parte, Estados Unidos incrementó la fabricación de vehículos un 4% el año pasado, hasta las 9.167.214 unidades. No obstante, estos datos son un 16% inferiores a los de 2019.
La región de Asia-Oceania fue la que menos acusó la falta de chips durante 2021. Así, esta región alcanzó una producción de 46.732.785 unidades, un 6% más en tasa interanual y tan solo un 5% menos que en 2019. China volvió a ser la fábrica del mundo, con un total de 26.082.220 unidades ensambladas. Es decir, el 32,5% de todos los vehículos fabricados en el mundo se produjeron en China. De hecho, el gigante asiático superó las cifras de producción de 2019 en un 1% y en un 3% a las de 2020. India tampoco se vio afectada por la falta de chips, ya que su producción se incrementó en un 30% en tasa interanual y tan solo fue un 3% inferior a la de 2019, al haber fabricado 4.399.112 vehículos.
En el continente africano se produjeron 931.056 unidades, lo que supone un 16% más en tasa interanual y un 16% menos frente a 2019. Sudáfrica registró un total de 499.0887 vehículos fabricados, lo que supuso un 12% más en tasa interanual y un 21% menos frente a 2019. Marruecos, por su parte, elevó su producción un 23% frente a 2020, hasta los 403.007 vehículos, lo que supuso tan solo 211 unidades menos que en 2019.
Previsiones para 2022
De cara al presente ejercicio, la consultora IHS Markit prevé que se ensamblen en todo el mundo un total de 84.129.761 vehículos, lo que supondría igualar las cifras de 2012, cuando se fabricaron 84.236.171 unidades, y un 5% más que lo fabricado en 2021.
No obstante, estas previsiones no tienen en cuenta la invasión de Ucrania por parte de Rusia, situación que ya se deja notar en el sector con la paralización de la producción en las factorías rusas, así como en alguna que otra planta europea, debido a la falta de existencias de cableado procedentes de Ucrania.