Pinchar la rueda del coche hoy en día es una tarea complicada. De hecho, muchos fabricantes han decidido no incluir en sus vehículos una de repuesto debido a la confianza que depositan en la tecnología que incorporan, pero no son infalibles.
A pesar de que antiguamente era obligatorio llevar una en el maletero, en la actualidad no es así. Basta con llevar un sistema antipinchazos homologado, además del equipamiento necesario para arreglarlo, como el chaleco reflectante o el set de triángulos.
No obstante, es preciso recordar que las normas no obligan a cambiar el neumático si no sabemos o si es poco seguro hacerlo. Sin embargo, sí que tenemos la obligación de reducir los riesgos de la obstaculación del tráfico mediante la señalización (triángulos o V-16) y pedir ayuda a la asistencia en carretera.
Para quienes se sientan más tranquilos llevando una de repuesto, desde la red de talleres FirstStop han recopilado las distintas opciones de ruedas entre las que puedes escoger.
Pequeñas, 'galleta' o run-flat
- Rueda de repuesto del mismo tamaño. "La opción más cómoda para vehículos pequeños y medianos", consideran. Esta rueda permite al ocupante circular en las mismas condiciones que con la rueda sustituida, con la salvedad de que la nueva rueda tendrá menos desgaste que el resto. Sin embargo, su tamaño hace que en muchos casos se descarte llevarla.
- Rueda de repuesto reducida o equivalente. Similar a la anterior, pero más pequeña. Es el tipo de rueda de repuesto más habitual en los vehículos. Al ser de menor tamaño, el equilibrio del coche no es óptimo, por lo que implica circular con mayor precaución. Además, no se podría pasar la ITV con neumáticos equivalentes en el mismo eje, pero sí es posible que sean equivalentes por parejas (izquierda y derecha).
- Rueda de repuesto temporal o 'galleta'. Es una solución de emergencia y su uso debe ser estrictamente temporal, casi destinado a acudir al taller lo antes posible. El conductor debe ceñirse al límite de velocidad establecido, ya que su duración es mucho menor a la de un neumático normal. Además, en las curvas confiere una sensación de que el coche está 'cojo'. A cambio, esta rueda ocupa menos espacio, pesa menos, y a nivel físico es menos exigente.
- Neumáticos autosellantes o run-flat. Algunos fabricantes ofrecen en determinados acabados de la gama neumáticos capaces de seguir rodando varios kilómetros cuando sufren un pinchazo, ya que lo pierden a una velocidad muy lenta. No obstante, son los más caros que el resto de opciones.