
Ya sea de noche, al amanecer o al atardecer, la oscuridad aumenta el riesgo de sufrir un accidente grave al volante. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en torno al 70 % de los accidentes con víctimas en el año 2019 tuvieron lugar durante el día. Sin embargo, en el casi 30 % de los restantes -los que suceden de noche- se aglutinaron casi el 40 % de los fallecidos (700); una cifra que confirma que los siniestros que acontecieron en franjas nocturnas revistieron una mayor siniestralidad. Todo ello, además, teniendo en cuenta que en las horas con menos luz es cuando se da una menor intensidad circulatoria.
De hecho, mientras que la evolución histórica de la tasa de letalidad ha ido descendiendo conforme han transcurrido los años -si en 1993 fue del 5,2, en la actualidad se sitúa en 1,2-, la de los accidentes nocturnos en concreto alcanza el 1,69, siendo un 40 % más elevada respecto a la de la media.
Entre las causas, destaca la menor visibilidad propia de la noche, aunque no es la única. El mal estado de los componentes del vehículo, las condiciones meteorológicas o la fatiga y el sueño contribuyen igualmente a elevar el riesgo de accidente. Incluso la edad del conductor, ya que, por lo general, cuanto más elevada sea menos reflejos y capacidad visual tiene.
Para evitar en la medida de lo posible sufrir un accidente por la noche, desde la DGT ofrecen una serie de consejos a tener en cuenta.
Ver y ser visto
Antes de coger el vehículo, es recomendable revisar que todas las luces funcionen correctamente y que no haya ninguna luz fundida. También, que la altura de los faros esté bien calibrada, de forma que alumbre bien la carretera pero no deslumbre al resto de conductores que transiten por ella.
El alumbrado se debe encender, tal y como recuerdan desde la DGT, una hora antes de que se produzca la puesta de sol.
No solo es importante la luz de los vehículos, sino que también la de la propia calzada. Por ello, es más recomendable circular por vías que estén iluminadas por farolas y otras señales lumínicas que por las que carezcan de estas.
Y en caso de accidente o avería, es crucial contar con unos triángulos de preseñalización de peligro o con las nuevas señales V-16.
Una medida importante, fundamental a cualquier hora del día pero más relevante si cabe para circular de noche, es la correcta colocación de los espejos retrovisores, tanto de los exteriores como de los interiores. También puede ayudar bastante a la visión mantener limpios la luna trasera y el parabrisas, de forma que no se generen destellos o manchas en el cristal.
El sueño y el cansancio, malos acompañantes
Al conducir en horas con menos luz, es habitual que aparezca el sueño. Para evitarlo, es importante viajar descansado y realizar paradas cada hora u hora y media. La ventilación del habitáculo o la música pueden ayudar en este sentido.
También, es necesario prestar especial atención a determinados síntomas, como puede ser el lagrimeo, el picor de ojos, la fatiga ocular o la somnolencia. Ante cualquiera de ellos, hay que localizar un lugar seguro para detener el coche y descansar.
Por último, y aunque las señales de tráfico lo permitan, se recomienda reducir la velocidad de tal forma que nuestra capacidad de conducción se adapte a las condiciones lumínicas de la vía. Del mismo modo, y dado que por la noche el tiempo de reacción ante imprevistos es mayor, es importante mantener la distancia de seguridad respecto al coche de delante.