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La lira sufre con un 3% de caída la destitución del banquero central de Turquía

  • La intervención de Erdogan en la política monetaria asusta a los inversores
  • El presidente quiere imponer medidas poco ortodoxas, contrarias a la opinión general
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía
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Los fantasmas del verano pasado vuelven a visitar Turquía. La lira fue gran protagonista en los meses estivales de 2018 (junto al peso argentino), por la fuerte depreciación que vivió durante el mes de agosto. Esta semana el miedo de los inversores ha regresado al país otomano, donde la lira ha llegado a caer casi un 3% durante el día, tras conocerse que el presidente del banco central del país ha sido destituido.

El año pasado el país atravesaba una recesión económica en el segundo trimestre que disparó la inflación por encima del 25%. En lugar de contribuir a una mayor estabilidad financiera, el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, fue uno de los elementos clave en la crisis: el presidente, que había estrechado su control sobre el banco central turco a través de su ministro de finanzas y yerno, Berat Albayrak, defiende la teoría de que los tipos demasiado altos aumentan la inflación.

Cuando todo el mundo parecía descontar un aumento de tipos y este no llegó por la injerencia de Erdogan, empezó la reacción de los inversores, que demostraron no compartir la visión de Erdogan. Asustados, sus ventas de liras hicieron que la divisa perdiese casi un tercio de su precio frente al dólar en las dos primeras semanas de agosto.

El temor que esconden las últimas ventas de liras es que la sustitución del hasta ahora presidente del banco central, Murat Cetinkaya, tenga que ver con la intención del gobierno de no bajar tipos en la próxima reunión, que tendrá lugar el 25 de julio. Según fuentes de Bloomberg, tras conocerse el decreto por el que se cambia de presidente del banco central (el nuevo responsable será Murat Uysal), Erdogan declaró a los miembros de su partido que los políticos y burócratas "deben apoyar su convicción" de que los tipos altos causan inflación, y amenazó con consecuencias a quien desafíe las política del gobierno.

La lira llegó a caer durante la jornada un 2,75%, hasta los 0,172 dólares, aunque posteriormente suavizó las pérdidas hasta una caída diaria del 1,85%, en los 0,174 dólares. Es la peor jornada bursátil de la lira desde principios de mayo, y la segunda peor en los últimos tres meses.

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