
Abrir un nuevo pozo para extraer petróleo de esquisto (shale oil) en EEUU es cada vez más barato. Según la última encuesta realizada por la Reserva Federal de Dallas, basta con que el petróleo West Texas cotice por encima de 50 dólares para que este negocio prosiga su expansión. Las mejoras tecnológicas, el aprendizaje tras años de implementación intensiva y las nuevas técnicas permiten que la extracción de este tipo de crudo sea cada año un poco más eficiente. Dichas mejoras de eficiencia podrían ser clave para anclar los precios del crudo cerca de los costes de producción a medio plazo.
Se estima que entre 2012 y 2014, las empresas energéticas necesitaban que el petróleo cotizase cerca de los 80 dólares para alcanzar el breakeven (momento en el que empieza a ser rentable perforar otro pozo). El breakeven se ha reducido más de un 35%, hasta los 50 dólares, dos menos que en 2018.
Esos 50 dólares es una media. En las zonas más productivas de la Cuenca Pérmica (entre Texas y Nueva México) el breakeven cae por debajo de los 46 dólares mientras que en el Condado de Loving hay zonas que si el crudo no cotiza por encima de 86 dólares no resulta rentable perforar el suelo. Esta amplia variedad depende de la calidad de la roca, de la concentración del petróleo de esquisto y de la facilidad para extraerlo.
Con el West Texas, petróleo de referencia en EEUU, cotizando por encima de los 62 dólares el barril, la expansión de está industria resulta un negocio rentable. Michael D. Plante y Kunal Patel, economistas de la Reserva Federal de Dallas, creen que "con los actuales precios, la producción de shale continuará creciendo este año".
Conductor del precio del petróleo
Estos expertos, además, vaticinan que la producción de shale oil será uno de los principales conductores del precio del petróleo en los próximos cinco años. "Esto no descarta la posibilidad de que haya grandes movimientos, pero sí señala que la tendencia de los precios del crudo estará cerca del rango de esos costes".
EEUU está bombeando alrededor de 12 millones de barriles de petróleo crudo cada día, de los cuales unos 8 millones son de shale oil, según los últimos datos de la Agencia de la Energía de EEUU. De todo este shale, más de cuatro millones pertenecen sólo a la Cuenca Pérmica, la región petrolera más prolífica de todo el país, que ya produce más crudo que Irán y Venezuela juntos.
Otro de los costes relevantes que da forma al precio final del petróleo es el de producción una vez que el pozo ya está abierto. En este caso, el coste medio es de 33 dólares por barril, frente a los 35 dólares del año pasado. No obstante, el rango va desde los 27 dólares en las zonas más prolíficas de la Cuenca Pérmica hasta los 37 dólares en las zonas más complejas.
Los avances tecnológicos y del conocimiento han permitido hacer más eficiente la extracción de este tipo de petróleo (tight oil en inglés) que se extrae en formaciones de rocas poco permeables, tanto en los pozos verticales como en los horizontales.
Perforación horizontal
Uno de los mecanismos que ha reducido los costes de producción es la perforación horizontal. Es decir, se perfora el pozo de forma vertical como se ha realizado tradicionalmente, pero una vez que esta incursión en la tierra alcanza la profundidad requerida se expande de forma horizontal en la formación de shale para seguir extrayendo diferentes formaciones con petróleo de esquisto en su interior. Este tipo de perforaciones pueden alcanzar hasta los 1,5 kilómetros de longitud.
También ha sido relevante el uso de lo que se conoce como high-grading, una estrategia que se suele poner en marcha cuando el petróleo se encuentran en niveles relativamente baratos. Consiste en dedicar una mayor parte del capital y la inversión a los pozos más rentables mientras que se cierran (de forma temporal) los pozos más costosos en términos económicos. Esta situación puede suponer, como ocurrió en Pérmica, que a la par que disminuyen pozos activos en una determinada zona la producción aumenta a nivel agregado.