
En la subasta de deuda del tesoro estadounidense del miércoles la demanda por los títulos con vencimiento a 10 años fue la más débil desde 2009. La combinación de una demanda menor por parte de inversores asiáticos, mientras la Reserva Federal (Fed) sigue reduciendo su balance, están deteriorando el atractivo de estos títulos.
El activo que el mundo usa para como referencia 'libre de riesgo', el bono de Estados Unidos con vencimiento a 10 años (T-Note), está perdiendo atractivo para los inversores. La subasta del tesoro estadounidense de esta semana lo ha dejado claro, al recibirse el miércoles la demanda más baja por estos títulos de la última década. El gigante estadounidense lanzó a subasta 27.000 millones de dólares de estos títulos, que recibieron una demanda sólo 2,17 veces superior, según los datos que maneja Bloomberg.
Son varias razones las que pueden estar haciendo que el mercado mire para otro lado cuando se le ofrecen estos títulos. La Fed ya no apoya las subidas del precio de estos bonos, al haber dejado de comprar deuda mientras reduce su balance, un proceso que se ha acelerado desde principios de 2018, y que ha hecho que la Fed adelgace más del 10% en este periodo, pasando del entorno de los 4,45 billones de dólares hasta los 3,89 billones en la actualidad.
Sin una Fed que compre como lo ha hecho en los últimos años, y con inversores extranjeros, como chinos y japoneses, también retirándose paulatinamente en estas subastas, según explica Bloomberg, cada vez llega menos dinero a estos títulos. Además, no hay que olvidar que la diferencia de rentabilidades entre el título a 10 años y vencimientos más cortos se ha estrechado en los últimos meses: mientras el T-Note ofrece una rentabilidad del 2,44%, el bono a 7 años ofrece un 2,33%, el que vence a 5 años del 2,25%, y el de 2 años incluso más que este último, dando ahora un 2,27%.
Rentabilidad "extraordinariamente baja"
Jaime Dimon, CEO de JP Morgan, destacó que la rentabilidad que está ofreciendo el bono estadounidense es "extraordinariamente baja", lo que podría tener algo que ver con la falta de atractivo para los inversores. En opinión de Dimon, las gigantescas compras que ha llevado a cabo la Fed "tenían que tener efectos" en el bono a 10 años.
El comportamiento de las distintas categorías de deuda en 2019 apoyan el comentario de Dimon: la categoría de bonos soberanos y la de soberano estadounidense son la segunda y tercera que menos suben en 2019, por detrás de la de deuda asiática agregada. Esta sube 'sólo' un 1,2% en el año, mientras la categoría de soberano lo hace un 1,4%, y la del tesoro estadounidense un 2,02%.
Este tipo de deuda se ha beneficiado durante los últimos años de las compras de los bancos centrales y sus precios han subido de forma destacable. Ahora que los señores del dinero se están retirando, el mercado está optando por los bonos que no han estado bajo su radar en los últimos años y que no eran aptos para ser comprados por los bancos centrales: la categoría de high yield estadounidense es la más alcista del año, seguida por el high yield global, con subidas del 8,5 y 7% respectivamente en 2019.