
Un 26 de marzo pero de 1973 la Bolsa de Valores de Londres permitía a las mujeres operar en el parqué por primera vez. Eso sí, la institución, como se conoce hoy en día, había nacido en 1801, hace 218 años (sus orígenes se remontan a 1570). Los nombres que hicieron historia hace hoy 46 años, son los de Muriel Wood, Susan Shaw, Hilary Root, Anthea Gaukroger y Audrey Geddes. Fueron parte de las primeras mujeres en pisar el suelo de las instalaciones, a excepción de la Reina.
La medida había sido aprobada el 1 de febrero de ese mismo año, constituyendo un gran hito en lucha por la igualdad en un sector como el financiero. "Hay ciertas profesiones que son realizadas mejor por los hombres y deben ser vetadas a las mujeres como son los trabajos en las minas de carbón y la compraventa de valores en la Bolsa". Estas son algunas de las declaraciones que recogían los medios de la época.
Y es que la discriminación de la mujer en este sector era y es un reflejo de la sociedad. De hecho, en la actualidad seguimos viendo noticias de mujeres pioneras en esta industria. Por ejemplo, Stacey Cunningham, que el año pasado se convirtió en la primera mujer en dirigir la bolsa de Wall Street tras más de dos siglos de historia.
Stacer Cunningham se convirtió en 2018 en la primera mujer en dirigir la bolsa de Wall Street
Asimismo, en 2017 el Consejo de Administración de la Bolsa de Valores de Arabia Saudí designó a la economista Sara al Suhaimi al frente de esta institución, convirtiéndose así en la primera mujer en dirigirla desde su creación en 2007.
En este caso, el de Estados Unidos, fue en 1943 cuando se dio la entrada de mujeres al mercado bursátil y, en 1967, Muriel Siebert fue la primera fémina miembro de la Bolsa de Nueva York. Siebert llegó a Manhattan con 20 años y 500 dólares. Comenzó a trabajar en la firma Bache donde aprendió el negocio de la bolsa desde abajo. Su ambición la llevó en 1967 a comprar un asiento en Wall Street, siendo la primera mujer en hacerlo, por el que tuvo que desembolsar casi medio millón de dólares de la época.
Antes que Muriel Siebert, hubo otras mujeres que desafiaron las convecciones sociales y que sentaron las bases para abrir un hueco a la mitad de la población. Lucharon por lograr una igualdad financiera y consiguieron hacerse un nombre, siendo las primeras brokers de la historia, en un territorio exclusivo del hombre.
Abigail Adams nació en 1744 y es conocida, principalmente, como la esposa de John Adams, presidente de los Estados Unidos. Eso sí, también asumió la responsabilidad financiera de la familia, incluida las inversiones. Durante el siglo XVIII comerció con títulos, invirtiendo en bonos estatales durante la Guerra de la Revolución. Esta actividad le reportó un beneficio del 24% anual, en comparación con el que conseguía el matrimonio que era un 2% anual.
En el siglo XVIII Abigail Adams invertía en bonos estatales y conseguía rendimientos del 24%
Por su parte, Victoria Woodhull es considerada la primera broker de la historia. Nació en Ohio en 1838 en el seno de una familia pobre, aunque murió como una mujer rica. Su actividad le proporcionó beneficios por valor de 700.000 dólares de la época, lo que le valió el apodo de la "reina de las finanzas". Abrió junto a su hermana la primera correduría gestionada por mujeres e incluso fue la primera en presentarse a la presidencia de los Estados Unidos cuando la mujer aún carecía de derecho al voto. De hecho, fue una líder del movimiento por el sufragio femenino.
En el caso de Hetty Green, nacida en 1834 en Massachusetts, cuando su padre murió, heredó una fortuna de alrededor de 7,5 millones de dólares que se dedicó a invertir en bonos de la Guerra Civil. Llego a ser una de las mujeres más ricas de América, aunque era famosa por su tacañearía. Cuando se casó hizo firmar un contrato a su marido por el que éste no podía tocar su fortuna y al morir poseía cerca de 200 millones de dólares. La clave de su éxito fue comprar grandes cantidades de lo que nadie quería y luego vender caro.
A pesar de los años que han pasado, el papel de la mujer en este sector sigue siendo muy bajo. Según un estudio de Citywire, solo uno de cada diez gestores de fondos en el mundo es mujer. En el caso concreto de España, solo el 21% de los gestores de fondos son mujeres. Y su peso dentro del Ibex 35 tampoco es mayor, ya que solo once empresas del selectivo cumplen con el 30% mínimo sugerido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores en los consejos.