
Tanto Atresmedia como Mediaset llevan ocho largos años sin recibir un comprar por parte de los analistas (Atresmedia lo lució, pero de forma pasajera, en 2016). A ambas les pesa, y mucho, su gran dependencia de la publicidad tradicional (la que emiten las televisiones en abierto), que está en declive. A día de hoy, los expertos del consenso que recoge FactSet aconsejan mantener los títulos de ambas.
Después de un 2018 nefasto para las dos -con pérdidas superiores al 40 por ciento en ambos casos-, en 2019 la brecha empieza a ampliarse: mientras Atresmedia sube un 10,5 por ciento, Mediaset se dispara un 28 por ciento, tras anunciar un plan de recompra de acciones. El mercado está viendo con mejores ojos la política de dividendos de la segunda que los esfuerzos de la primera por diversificar su actividad.
Tal y como reflejan sus últimos resultados, en 2018 el 79,5 por ciento de los ingresos de Atresmedia todavía procedió de los anuncios televisivos. Sin embargo, el 9,1 por ciento de su facturación -casi 95 millones de euros de los 1.042 millones que ingresó el grupo- ya lo generaron sus nuevas patas de negocio, tales como la producción y venta de contenidos propios (el más emblemático, La casa de papel), los canales de pago internacionales o el denominado media for equity. Esta última modalidad prácticamente está convirtiendo los grupos de medios españoles en firmas de capital riesgo (ver apoyo).
Fuentes de Atresmedia destacan que el porcentaje de negocio generado por esas nuevas líneas crece rápidamente, ya que hace cinco años apenas alcanzaba el 3-4 por ciento.
Mientras tanto, cerca del 94 por ciento de los ingresos de Mediaset en 2018 procedió de la publicidad en sus canales de televisión, mientras que las nuevas vías de facturación (Telecinco Cinema y venta de derechos a terceros, entre otros) generaron 60,1 millones de euros, un 6,1 por ciento del total.
Pero ¿cómo es de importante la diversificación para estos valores? "Según el prisma con el que se mire. Por un lado, está bien diversificar y vender a terceros tus productos, ya que supone una fuente adicional de ingresos, aunque hay quien diría que de ese modo alimentas a la que es una de tus principales amenazas", como Netflix o Amazon. "Y ambos puntos de vista están en lo cierto", señala Andrés Bolumburu, analista de Banco Sabadell.
En concreto, en Atresmedida, "las producciones propias son una buena decisión, es una diversificación que tiene todo el sentido del mundo, pero en el contexto de una compañía que tiene ingresos de casi 1.000 millones que vienen de la publicidad en televisión; y por mucho que crezca ese otro negocio, siempre estará detrás del principal, que es el que está en el foco", añade.
En esta línea coincide con Virginia Pérez, analista de Intermoney, quien considera positivo tener una línea de negocio adicional, pero recuerda que son márgenes muy inferiores a los del publicitario puro. "Mediaset tiene una buena gestión de costes , y en Atresmedia, el atractivo debería ser esa diversificación pero más a medio/largo plazo."