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La banca española necesita 17.000 millones más de 'colchón' anticrisis

  • En la eurozona el sector debe captar 51.000 millones

La banca de algunos países europeos, entre ellos España, cuenta ya con un instrumento de renta fija que le ayudará a engordar el nuevo colchón anticrisis que se le exigirá para situaciones extremas, con el que podrán absorber pérdidas y evitar así que sean los ciudadanos los que paguen la crisis de una entidad. Es la conocida como deuda non-preferred, que ya están lanzando algunas entidades pero sobre la que aún queda mucho por emitir.

Este nuevo tipo de bonos, que en España se aprobó a mediados de 2017, sirve a la banca para cumplir con los requisitos mínimos de fondos propios y pasivos admisibles (MREL, por sus siglas en inglés). Aunque todavía no se conocen todos los detalles y el calendario y los requerimientos variarán en función de cada entidad, la presidenta de la Junta Única de Resolución (JUR), Elke Köning, urgía la pasada semana a la banca a cumplir sin esperar a "días mejores" en una entrevista a Il Sole 24 Ore. A expensas de conocer las cifras definitivas, en UBS estiman que la banca española cotizada -no incluyen a Liberbank- tiene necesidad de emitir 17.226 millones de euros de deuda nueva, sin contar la que deberán refinanciar, aunque gran parte de esta refinanciación podría cubrirse con deuda senior. Otras fuentes del sector señalan que, en total, las necesidades rondarán los 20.000 millones. Santander y BBVA son las que ya han cubierto todo, y solo tendrían que refinanciar.

En UBS calculan que en la eurozona el sector tendría que contar con un colchón que supusiese el 26,1% de los RWA (Activos Ponderados por Riesgo, por sus siglas en inglés). De este modo, prevén que las entidades de la región tengan que emitir 51.000 millones en nuevo papel y reemplazar bonos senior existentes por 256.000 millones de euros. Esta última cantidad bajaría hasta 129.00 millones si los bancos deciden usar bonos senior ya emitidos para cumplir los requisitos exigidos. La JUR lo permite si suponen menos del 2,5% de los activos ponderados por riesgo (RWA, por sus siglas en inglés). Eso sí, en UBS destacan que "es importante no olvidar que no reduciría la cantidad de deuda nueva que tendrían que emitir".

Qué impacto tendrá

Con respecto a las consecuencias que puede tener para el sector cumplir con las necesidades de nuevas emisiones, en UBS estiman que podría suponer un incremento del 6% en las emisiones de bonos senior, lo que implicaría borrar entre el 2 y el 3% del beneficio antes de impuestos y un golpe de entre 30 y 50 puntos básicos a la rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE).

La principal preocupación es el aumento del coste. El diferencial con respecto a la deuda soberana del papel senior que no computa para un bail-in (un rescate por parte del sector financiero) ha pasado de los 50 puntos básicos de principios de 2018 a los casi 80 puntos básicos actuales. El spread de la senior apta para un bail-in se ha ensanchado de 85 a 140 puntos básicos y la que computa como Tier 2, de 85 a la zona de los 175 puntos básicos.

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