Mucho se habla de la sostenibilidad a futuro que presenta el sistema público de pensiones pero no copan tantos titulares el hecho de que el que está llamado a ser el complemento perfecto a esas menguantes públicas del futuro, el sistema de pensiones privado (compuesto por planes individuales y planes de empleo) está también en peligro de extinción.
Basta con ver los datos que acaba publicar Inverco sobre la industria de planes de pensiones ya que en ellos se ve que las aportaciones netas a estos productos cerraron el año pasado con tasas negativas de 202 millones de euros, consecuencia del hecho de que se registraron muchas más prestaciones que aportaciones al sistema. Un saldo negativo que, además, nunca antes se había producido, al menos no desde que Inverco publica estas estadísticas (2002).
Este negativo balance no se produce tanto porque se haya visto una caída en las aportaciones a planes individuales de ahorro, aquellos que el cliente contrata con el banco. De hecho, el saldo neto en este tipo de flujos siguió siendo positivo (580 millones de euros) aunque, eso sí, decreciente, ya que la cifra supone un 43% menos que las aportaciones netas que se registraron en 2017.
El hecho de que la fotografía haya resultado tan negativa obedece más al estancamiento que están teniendo los planes de empleo en un país como España en lo que respecta a la aportaciones, ya que como explicaba esta mañana Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco "se han limitado los incentivos y se ha ido por tanto en la línea contraria a la que se debería". Pero sobre todo, se explica por el aumento de las prestaciones. En 2018 éstas alcanzaron los 2029 millones de euros, un 12% más que en 2017.
Los datos vienen a confirmar lo que auguran ya muchos expertos: es vital una reforma integral del sistema de pensiones para fomentar el ahorro privado. En esa línea se pronunciaba esta semana Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa: "El ahorro en España presenta un perfil plano. Quien ahorraba, ahorra y quien no ahorraba, no ahorra. Hace falta sacudir esto, dinamizarlo, cambiar su tono. El ahorro tiene que girar 180 grados, pero no para alimentar la cuenta de resultados de las aseguradoras sino la cuenta de resultados del país".
Y esa es la línea que también se ha defendido en un Seminario sobre pensiones organizado por Inverco esta misma mañana. "Necesitamos un rediseño del sistema que se lleve a cabo con celeridad porque la magnitud es significativa", ha firmado Óscar Arce, director de economía y estadística del Banco de España, quien además ha subrayado que el envejecimiento de la población no hace sino complicar que se puedan alcanzar esas reformas y ha propuesto como una de las soluciones al problema instaurar lo que se conoce como cuentas nocionales.
Por su parte, Pablo Antolín, quien se ha encargado de presentar el informe de la OCDE Pensions Outlook, ha recalcado que las reformas, sean cuales sean y que varían en función de las necesidades de cada país, deben perseguir el objetivo común de que "la gente tenga el mayor dinero posible para financiar su jubilación".
Un dinero que aunque seguirá teniendo dos patas, la pública y la privada, tiene su potencial crecimiento solo en una de ellas: la privada. Más teniendo en cuenta que la tasa de sustitución (porcentaje del salario que cubre la pensión) tiende a la baja. "La tasa de sustitución caerá hasta el 45% desde el 70% actual. El sistema de pensiones solo tiene hoy una pata, la pública basada en un sistema de reparto y queremos que tenga tres", afirma Ángel Martínez Aldama.