Madrid
El interés de Orange por tomar el control de Euskaltel llevó a las acciones de la teleco a rozar los 8,3 euros el viernes pasado. Desde ese precio, han retrocedido algo más de un 2%, después de que, este lunes, el grupo francés dejara sus verdaderas intenciones en el aire con "la ambigua" -según la califican los analistas-contestación al requerimiento de la CNMV sobre la veracidad de las noticias divulgadas desde principios de enero sobre el asunto. Este miércoles, el siempre influyente banco de inversión Goldman Sachs valoró los títulos del operador vasco en 8 euros en un escenario de ruido corporativo y los dejó en 6 euros en un contexto normalizado –lo que implica que estarían un 25% sobrevalorados–.
Casi al mismo tiempo, MásMóvil descartaba sumarse al baile, lo que devuelve la pelota al tejado del fondo británico Zegona -segundo accionista de Euskaltel con un 15% del capital-, que en octubre planteó un opa parcial a 7,75 euros, que luego matizó en un plan de compras en mercado para ganar peso en el grupo vasco.
Si se toman esos 7,75 euros como el precio orientativo que Zegona estaría dispuesto a asumir para continuar aumentando su participación en el capital de la teleco, el movimiento errático de Orange apenas habría alejado un 2% el objetivo del fondo británico al cierre de la sesión de este miércoles.
"Después de la declaración del lunes, no esperamos que la teleco francesa lance una oferta pública de adquisición (opa) de control sobre Euskaltel", incide el equipo de analistas de Banco Santander, que afirma que lo más probable es que "los planes de Zegona de incrementar su peso en el capital", hasta dejarlo justo por debajo del 30% -cuya superación le obligaría a lanzar una opa-, "sigan su curso". Goldman Sachs, aunque no descarta que sigan los rumores de consolidación del sector, también resta crédito a Orange.
