Bolsa, mercados y cotizaciones

La cantidad de deuda con interés negativo crece un 45% en 3 meses

  • El inversor paga por prestar dinero a Alemania a 8 años y a España a 3

Las turbulencias que sufrió el mercado de renta variable a partir del mes de octubre de 2018 han tenido su eco en la renta fija, que ha actuado como refugio para los inversores.

La capitalización del índice Bloomberg Barclays Global Aggregate Negative Yielding Debt, que recoge las emisiones con rendimientos negativos, ha aumentado un 43% desde el arranque de octubre y actualmente hay 8,34 billones de dólares (unos 7,3 billones de euros) en papel que no ofrecen rendimiento alguno.

Esta cifra se sitúa aún muy lejos de los 12 billones de dólares que llegó a tocar durante la recta final de 2016, pero alcanza la zona más elevada desde marzo de 2018. Y es que ante el temor a la ralentización económica global -o incluso a una recesión, aunque las probabilidades todavía no son elevadas- el interés exigido a la deuda soberana se ha reducido sensiblemente. "La deceleración cíclica de la economía, combinada con las incertidumbres del mercado, tiende a ejercer una presión a la baja en la curva de tipos", apuntan desde Amundi.

En la eurozona, el bono alemán ofrece rentabilidades negativas en los vencimientos hasta 8 años y el de Países Bajos hasta 7. El francés lo hace a 5 años y el español hasta los 3 años -ver gráfico-. "Gran parte de las malas noticias macro y políticas en Europa están en precio. La expansión económica está madurando, pero no vemos razón para que acabe de manera abrupta", indican en Société Générale.

Más extremo aún es el caso del papel japonés, con una normalización monetaria que también parece lejana. El bono nipón hasta 9 años se sitúa en negativo y la rentabilidad de la deuda a 10 años ya coquetea con situarse en rojo, al quedarse en el 0,01% y en el arranque del año llegó a profundizar hasta situarse en el -0,04%.

Acertar las previsiones

Durante los últimos años el consenso ha insistido en que la rentabilidad de los bonos debía subir y que el mercado de renta fija era una bomba de relojería a punto de estallar. Lo cierto es que solo el bono americano ha llegado a tener un repunte sustancial de su rendimiento -y desde octubre ha caído en picado-, mientras la deuda de la eurozona sigue ofreciendo intereses históricamente bajos. "Supuestamente, la rentabilidad del Bund debe subir en 2019. Los futuros a un año lo sitúan en el 0,42%. El consenso lo espera en el 0,89% y nuestra previsión es que alcance el 0,8%. Pero el Bund, simplemente, no quiere darse cuenta. El 2 de enero su rentabilidad cayó en 8 puntos básicos en un solo día hasta el 0,15%, su nivel más bajo desde abril 2017 y es un claro aviso para aquellos que están cortos", reflexionan en Citi.

Así las cosas, las dudas sobre la salud de la economía en el Viejo Continente -Alemania ha tenido un crecimiento negativo en el tercer trimestre del año y ha acabado 2018 con el menor avance de la economía desde 2013 y se especula con que Italia pueda entrar en recesión técnica- siguen comprimiendo la rentabilidad de la deuda soberana.

"Las previsiones para la economía de la eurozona parecen peor de lo que habíamos previsto y sospechamos que el BCE puede perder la oportunidad de subir tipos en este ciclo. Ahora esperamos que la rentabilidad del bono alemán a 10 años ronde el 0,25% este año y el próximo, en lugar del 0,75% y el 1,25% que esperábamos previamente", apuntan en Capital Economics.

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