Bolsa, mercados y cotizaciones

Los mercados emergentes están a precios de crisis

Hace unas semanas, en la conferencia anual para periodistas que Schroders celebra en Londres, la economista Janet Mui pronosticaba vientos favorables para los emergentes de cara al nuevo año: "La previsible debilidad del dólar en 2019 será un alivio", explicaba, para unos mercados que se comportan de forma opuesta a esta divisa ya que buena parte de su deuda está denominada en dólares (y si éstos cotizan más caros, devolver los préstamos también es más caro).

Según el pronóstico que recoge Bloomberg, la moneda común, que hoy se intercambia por 1,14 dólares, se situará a finales de 2019 en los 1,20 dólares. A ello contribuirá la ralentización de las subidas de tipos en EEUU, confirmada el miércoles por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

Acciones baratas

A los bajos múltiplos a los que cotizan las compañías de países emergentes se referían los analistas de Citi en un informe reciente, en el que señalaban que "están baratas respecto a cómo lo han estado históricamente, y respecto a los mercados desarrollados". Tras un año de severo castigo, no sólo por la fortaleza del dólar, sino por las incertidumbres geopolíticas en Brasil, Turquía y Argentina, y por las tensiones comerciales (el MSCI Emerging Markets se deja más de un 16 por ciento en 2018) cotizan con un PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio) cercano a las 11 veces. Desde Citi inciden en que por debajo de ese nivel sólo se han negociado en periodos de crisis. "De modo que, o estamos a punto de ver una recesión en los emergentes, o estos activos no están en precio". La primera opción no parece probable, aclaraban, ya que estos mercados representan el 59 por ciento del PIB global (en paridad de poder adquisitivo) de modo que, de sufrir una recesión, ésta también afectaría a los mercados desarrollados, "y eso es algo de lo que apenas hay evidencias".

La rentabilidad esperada para una cesta agregada de bonos emergentes en dólares es del 6,1%, mientras que la deuda pública global en dólares ofrece un 1,4

El abaratamiento también llama la atención de los analistas de Franklin Templeton: "Una excesiva reacción del mercado en 2018 contribuyó a llegar a valoraciones cercanas a niveles de crisis en noviembre, lo que para nosotros representa oportunidades de compra crecientes, dados los fundamentales".

Si echamos un vistazo a la renta fija, queda claro que arrojará rendimientos más atractivos en estos mercados que en los desarrollados. De acuerdo con los índices de Bloomberg y Barclays, la rentabilidad esperada para una cesta agregada de bonos emergentes en dólares (incluyendo tanto gubernamentales como corporativos) es del 6,1 por ciento, mientras que la deuda pública global en dólares ofrece un 1,4 por ciento y la deuda pública emergente en moneda local un 5,1 por ciento. 

La economista jefe de Deutsche Bank España, Rosa Duce, comenta que de cara a 2019 el activo estrella en renta fija -más allá de los bonos estadounidenses a corto plazo, que empiezan a tener atractivo por las subidas de tipos- es la emergente, sobre todo en divisa fuerte, "que podría arrojar rentabilidades del 6 al 8 por ciento", aunque en divisa local este activo "también podría comportarse bien", puntualiza.

Por la especial volatilidad de los emergentes, no es recomendable dedicar más de un 6% de la cartera a renta fija y no más de un 8% a la bolsa

Ahora bien, ¿qué parte del nuevo ahorro se debe destinar a estos mercados? "En mi opinión, no menos del 10 por ciento", comenta Fernando Luque, editor senior de Morningstar, que argumenta que son "países con una clase media emergente que va a invertir más en mercados locales, lo que los reforzará". Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis, preferiría destinar entre un 2 y un 3 por ciento: "En una cartera diversificada con visión global, lo que más pesaría sería Estados Unidos", explica.

Duce hace hincapié en un matiz: "Lo que me preocupa cuando la gente entra en emergentes, sobre todo en renta fija, es que su volatilidad es similar a la de la renta variable, sobre todo si es en divisa; por eso, por mucho que nos guste este activo, es preciso dedicarle un porcentaje pequeño de la cartera; no más de un 5 o 6 por ciento a la renta fija y no más de un 8 por ciento a la bolsa". Desde la entidad dan a la bolsa emergente un recorrido máximo del 9 o del 10 por ciento el próximo año. Quien no esté invertido en emergentes tiene ahora una buena oportunidad para entrar, pero respetando esos porcentajes, añade.

Es necesario discriminar

La clave está, en opinión de Janet Mui, en seleccionar. En un conjunto diverso de países, se trata de elegir aquellos con menor exposición a la guerra comercial, menos deuda en dólares y un riesgo político limitado. Entre los países mejor posicionados, la experta sitúa a Brasil, Rusia y Polonia, por estar menos expuestos que otros al billete verde y a las tensiones comerciales. Entre los más vulnerables coloca a Chile, Sudáfrica y Perú. La guerra comercial seguirá causándoles tensiones, según comenta Keith Wade, economista jefe global de Schroders, pero lo cierto es que los emergentes han ido virando hacia un mercado más doméstico. Lo explican desde Franklin Templeton: "Las tensiones comerciales se sitúan entre los principales responsables de la debilidad de la renta variable emergente. Y las exportaciones suponen un motor clave de crecimiento para estos mercados, pero cada vez es más frecuente que esas ventas al exterior se dirijan a otros emergentes, mientras que el peso de los mercados desarrollados ha caído".

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