
Las perspectivas de Bankinter para el próximo año pasan por estar claramente más favorables respecto a Wall Street frente a Europa y todavía apuestan menos por el mercado nacional. Según las previsiones que maneja Bankinter para 2019, la renta variable volverá a dar rentabilidades elevadas, siempre y cuando el inversor esté dispuesto a cruzar el charco y asumir el riesgo divisa.
En su opinión, el S&P 500 es el índice que ostenta un mayor potencial, cercano al 20%, hasta los 3.050 puntos que alcanzará a cierre del próximo ejercicio. En el caso del EuroStoxx 50 este nivel se situará en los 3.640 puntos en base a su precio objetivo, lo implica una subida desde los niveles actuales del 20%. El Ibex 35, en cambio, cuenta con un recorrido mucho más limitado, en el entorno de los 9.200 enteros que, desde niveles actuales un 6%.
"No tiene ningún sentido que las bolsas retrocedan sistemáticamente cuando no hay una caída de los beneficios por acción (BPA) de las compañías", asegura Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter. En su opinión, el mercado no solo está demasiado optimista, sino que desde el banco no ven un riesgo de recesión el próximo año, aunque sí puede haber "una desaceleración" de las economías. "Las bolsas tendrán que ajustarse, tarde o temprano al crecimiento del BPA a cinco años", apunta el experto.
Las estimaciones de los analistas pasan por crecimientos de los BPA de entre el 8% y el 9% el próximo año tanto en EEUU como en Europa; del 12% en el caso de las compañías del índice nipón Nikkei; y contemplan para el Ibex un aumento del 8,9%, generando "cierta atonía en el mercado los próximos meses".
Golpe en la mesa de Powell
El tono bastante más severo de lo que esperaba el mercado ayer por parte de la Reserva Federal estadounidense, y que provocó una caída del 2% en Wall Street al cierre de la sesión, se trata, para Forcada, de un intento de Jerome Powell, presidente del banco central, de "aumentar su credibilidad en el mercado" y de reafirmar su "independencia". El mensaje de la Fed llega después de una infinidad de mensajes lanzados por el presidente de EEUU, Donald Trump, con el ánimo de interferir en las políticas monetarias del máximo organismo regulador americano.
"La independencia de un banco central es lo que construye su prestigio. Y cuantas más presiones reciba, más se va a defender. El mensaje que Powell lanzó ayer genera decepción en el corto plazo, pero la independencia se consigue a lo largo de los años y el problema es que se puede perder en menos de un trimestre", asegura Forcada.