
El alza en el precio del petróleo, la invasión de las aerolíneas de bajo coste, las dificultades financieras... No hay duda de que los retos a los que se han enfrentado las firmas aéreas tradicionales en los últimos meses han sido múltiples. Sin embargo, no siempre hay que meter en el mismo grupo a todas las compañías de un mismo ramo. Delta Airlines, la firma con mejor recomendación de este negocio e integrante del índice Eco30, es el mejor ejemplo. "Se trata de la firma líder de esta industria en EEUU", aseguran en JP Morgan, desde donde argumentan su postura: "su hoja de balance es la más fuerte de la historia entre las aerolíneas de bandera".
De hecho, los ingresos de la firma estadounidense -los más elevados de la última década- se espera que acaben generando en 2018 uno de sus mayores beneficios de la historia, 3.370 millones de euros, aupados (un 4%) por la corrección del precio del petróleo.
La firma ha sabido reponerse en los últimos ejercicios de la caída que tuvo en sus ingresos por millas y asiento disponible en 2015, provocada en parte por la fortaleza del dólar (que encareció la venta de sus billetes en el extranjero) y la competitividad surgida en un entorno de bajos precios del combustible.
Estas cifras no han pasado desapercibidas en el parqué estadounidense, donde se ha convertido en una de las pocas grandes compañías del sector que ha logrado mantenerse en positivo en el conjunto del ejercicio.
Y no ha sido algo inusual. En 6 de los últimos 7 ejercicios, la compañía con sede en Georgia ha registrado números verdes en el parqué a final de año, dejando pingües beneficios en los bolsillos de los inversores que, además, se han beneficiado históricamente de una atractiva política de retribución.
No en vano, la recompra de acciones y el dividendo como porcentaje de su flujo de caja operativo señala a Delta Airlines como una de las compañías más disciplinada, devolviendo capital a los accionistas, al rondar en los últimos dos ejercicios el 45%. En 2018 se espera que sea del 30%.
Uno de los beneficiados, y uno de los mayores accionistas de la compañía, es el conglomerado de inversión de Warren Buffett, Berkshire Hathaway, que tiene casi un 10% de los títulos de la firma.
Una de las bondades que debió encandilar al Oráculo de Omaha es su diversificación. Y es que el porcentaje de ingresos que no procede del negocio tradicional de las aerolíneas es en Delta Airlines el más elevado entre las grandes firmas del sector: un 15%.
Delta Airlines es, además, especialista en aprovechar los nichos del mercado. Recientemente desarrolló una alianza con Aeroméxico que posteriormente acabó derivando en la compra del 39,8% de sus acciones, y para impulsar su posición en la importante región de China, en 2015 expandió su red global con China Eastern, una de las aerolíneas más importantes de dicho país. En Europa, Delta planea aumentar su presencia en Londres, París y Ámsterdam.