
Benditos problemas. La producción de petróleo en la región más prolífica de EEUU ya ha crecido por debajo de su potencial durante parte de este último año. El rápido incremento del bombeo en la Cuenca Pérmica en un breve espacio de tiempo (6 años) ha convertido a las antiguas instalaciones de tuberías y oleoductos en una limitación. Este límite será subsanado en 2019, pero otro problema igual de importante está a la vuelta de la esquina: la escasez de trabajadores y su disposición a trabajar en una industria muy volátil.
La contratación en la industria del petróleo fluctúa con más fuerza que en otros sectores y, al contrario que el turismo, estas fluctuaciones no son tan previsibles porque dependen del precio del crudo y de otros factores externos y logísticos (como los oleoductos). En 2019 se espera que la contratación de las empresas que operan en la Cuenca Pérmica (entre Texas y Nuevo Mexico) sea intensa.
James Wicklund: "Francamente, hoy es más preocupante la falta personal que los precios del petróleo, que están bien donde están. La disponibilidad de mano de obra no"
Las limitaciones causadas por los oleoductos han provocado que en esta región se hayan acumulado 3.722 pozos de petróleo perforados pero que todavía no se han abierto. Esta es una de las mejores formas de conservar el petróleo cuando no se puede hacer uso de él por motivos logísticos o de rentabilidad. Gran parte de esos pozos podrían ponerse en funcionamiento en 2019 cuando la nueva capacidad de transporte a través de oleoductos esté lista, pero con una tasa de paro del 3,7% y unos salarios claramente al alza, las empresas van a tener un serio problema para sacar ese petróleo.
"Es una preocupación enorme para 2019", asegura James Wicklund, analista de Credit Suisse en Dallas. "Francamente, hoy es más preocupante eso que los precios del petróleo, que están bien donde están. La disponibilidad de mano de obra no".
Según publican desde la agencia financiera Bloomberg, muchos trabajadores no estarían dispuestos a trabajar en los campos de petróleo ni aunque se les ofrezcan salarios superiores a los de sus actuales trabajos. El fuerte desplome del crudo entre 2014 y 2016 supuso la destrucción de 440.000 puestos de trabajo en una industria que puede dejar de ser rentable de la noche a la mañana.
Una historia real
Ryan Byrd tiene 33 años y trabajó durante cinco años en los campos de petróleo de Texas. Hoy, Byrd tiene un empleo relativamente sencillo en una cárcel en Huntsville (Texas) y asegura en declaraciones a Bloomberg que está feliz con su actual puesto y lanza un mensaje a aquellos que se sienten tentados para aceptar un puesto en la industria del crudo: "Estad preparados para levantaros un día, ir a trabajar y encontrar que no hay trabajo".
Todo ello podría complicar el 2019 de la Cuenca Pérmica. Aunque los oleoductos estén listos quizá falte gente para abrir todos los pozos que están prácticamente listos para empezar a bombear 'oro negro'.
Amanda Dale quiere doblar su personal en Energy Careers, en Houston, y reconoce las dificultades extremas para encontrar trabajadores con experiencia: "El trabajo está ahí, pero las empresas no encuentran gente. No me quiero imaginar que pasará en un año y medio", sentencia esta experta. "Nuestra industria no es sexy a día de hoy".