
La ventanilla del Banco Central Europeo (BCE) a la que los bancos de la eurozona pueden acudir para depositar su exceso de liquidez diaria lleva desde 2014 cobrando una cuota por el servicio. Un recorte podría tener un impacto para el sector bancario similar al de la subida de tipos: la banca europea tiene actualmente más de 650.000 millones de euros en el parking del BCE, un dinero por el que el organismo cobra el 0,4%.
La facilidad de depósito (lo que el BCE paga a los bancos por dejar su dinero aparcado en la entidad) es negativa desde mediados de 2014, cuando, por primera vez en su historia, se estableció por debajo del 0%. A medida que la economía de la eurozona empieza a recuperar dinamismo y la inflación vuelve a hacer aparición, le toca a Mario Draghi, presidente del BCE, cambiar sus políticas y empezar a adaptarlas a un entorno más normalizado.
Los expertos llevan ya tiempo lanzando sus previsiones sobre el momento en el que terminarán las compras de deuda (el BCE ha anunciado ya que será este diciembre), y también estiman cuándo moverá ficha el organismo con los tipos. Según los 35 expertos encuestados por Bloomberg entre el 12 y el 17 de octubre, Draghi explicará en junio de 2019 a qué se refería con "el verano", cuando declaró que "los tipos estarán bajos al menos hasta el verano de 2019".
La facilidad de depósito se incrementará en septiembre de 2019, según los expertos
Posteriormente, según los expertos, la facilidad de depósito se incrementará en septiembre de 2019. Tres meses después, en diciembre, se aumentará el tipo de referencia, y apenas haya arrancado el año 2020, en enero de ese ejercicio, el BCE dejará de cobrar a la banca por depositar su dinero en el organismo central, lo que supondrá un problema menos para el sector financiero de la eurozona. Hay que señalar que, a pesar del aumento en el precio del parking de Draghi, la banca europea parece que no ha tenido más remedio que seguir usando la ventanilla del BCE durante los últimos años: desde 2014 la cantidad de fondos que se han depositado en el balance del BCE por esta vía no ha dejado de crecer, llegando a tocar los 703.494 millones de dólares a finales de 2017. Desde entonces, esta cantidad se ha reducido un 7% hasta los 654.010 millones de euros actuales.
La intención del BCE con la bajada de la facilidad depósito hasta el terreno negativo era la de tratar de incentivar el crédito, intentando que el dinero terminase recalando en la economía real, y no estancándose en sus arcas y generando, aunque poca, cierta rentabilidad. Javier Santacruz, economista investigador de la Universidad de Essex, señala la falta de alternativas rentables como la causa que explica que la banca haya seguido metiendo su dinero en el organismo: "El factor fundamental tras el exceso de liquidez es que todo lo que prestan e invierten a día de hoy tiene una penalización de capital cuyo coste no supera el rendimiento esperado", explica el experto. "Si decides prestar un dinero y crees que la rentabilidad que recibirás no va a ser suficiente para cubrir el coste que se te exige para provisionar la operación, finalmente no lo haces. Y ese dinero lo tienes que dejar en algún sitio, en un momento en el que no hay alternativas de inversión razonables", resume Santacruz.